El tradicional Hotel Castelar cierra tras 90 años de historia
Cuando hace cincuenta días cerró sus puertas respondiendo al aislamiento obligatorio, muchos de sus 60 empleados ni se imaginaron que este emblema de Buenos Aires, el icónico Hotel Castelar iba a ser otra de las víctimas de la pandemia del coronavirus.
El sector hotelero ha sido uno de los más castigados y, en ese sentido, la empresa no llegó a pagarles completo ni el mes de marzo ni el de abril y les ofreció un retiro voluntario de apenas un 35% de lo que les hubiera correspondido.
El tradicional Hotel Castelar, ubicado sobre la Avenida de Mayo, fue epicentro de la vida cultural de la Buenos Aires de 1930 junto al Café Tortoni y también el anfitrión de encuentros políticos y empresariales.
Lo inauguraron en 1929 bajo el nombre de Hotel Excelsior y no solo fue uno de los más altos de su época, con sus 55 metros de altura, sino que además fue el primero en tener un spa y refrigeración en su salón comedor.
Pronto se convirtió en uno de los lugares más glamorosos de la ciudad y fue en 1933 que recibió a su huésped más ilustre, el poeta andaluz Federico García Lorca, quien viajó al país por 15 días para estrenar su obra teatral “Bodas de Sangre” y se quedó por seis meses en la habitación 704 del hotel, hoy convertida en museo.
En el subsuelo del edificio se encontraba la peña “Signo”, el lugar elegido por los poetas Oliverio Girondo, Norah Lange, Jorge Luis Borges y Alfonsina Storni, entre otros.
Allí también Arturo Frondizi y otros dirigentes radicales constituyeron en 1937 el Movimiento Orientador, oponiéndose a la conducción de Marcelo T. de Alvear.
Ya en 1951, al cambiar de dueños, recibió el nombre de Hotel Castelar en honor al presidente de la primera república española, Emilio Castelar y Ripoll.
Hasta antes de la pandemia, el Castelar tenía el 80% promedio de sus plazas ocupadas, al tiempo que albergaba eventos empresariales y sociales. Sin embargo, tras los 50 días de confinamiento, la empresa Casel S.A. decidió ponerle fin a 90 años de historia.