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El sindicato de peajes podría cortar las rutas durante el cambio de quincena

Un conflicto cuyas consecuencias aún no se conocen se cocina a fuego lento en el mundo de los peajes. El sindicato en el que alguna vez reinó el diputado Facundo Moyano y que ahora maneja Gabriel Sánchez está en estado de alerta y movilización y como consecuencia, podría haber cortes en algunas rutas nacionales.

 

No hay que ser un conocedor del tránsito ni de los sindicatos para imaginar cuándo será el momento clave. Los gremios saben de protestas y todo parece indicar que el cambio de quincena podría ser la fecha elegida. Además, si algo no tiene efectividad para mostrar la protesta es levantar las barreras del peaje. Por lo tanto, la metodología en la que se piensa son cortes en las estaciones o reducción de carriles.

 

El motivo está relacionado con el nuevo esquema de concesión que se prepara para los corredores viales nacionales. Vialidad ya diseño un sistema de participación público privado para l<s rutas que ahora tienen cabinas de cobro.

 

Aquel proyecto tiene como uno de sus ejes que se levanten las cabinas de peaje al menos la mitad hasta que la obra esté finalizada.

 

Luego, todos los pliegos avanzan en el cobro electrónico para levantar la barrera y la eliminación del pago manual. Según algunos borradores, las estaciones se reducirían a un poco menos de la mitad mientras las constructoras terminan las principales obras de las rutas. De las 50 cabinas existentes en las rutas nacionales, quedarán entre 24 y 26. Para eliminar o dejar cada una se tomará el estado de la traza. Por caso, las que estén en caminos de doble mano y sin mejoras que justifiquen el canon de tránsito se eliminarán por un tiempo.

 

Los peajistas consideran que en esos pliegos, que se presentaron y que se subieron a la página de Vialidad Nacional y luego se retiraron por algunas cuestiones jurídicas que todavía faltan resolver, no está claro qué es lo que va a suceder con los trabajadores, en su mayoría empleados que atienden las cabinas.

 

El pedido es concreto. Pretenden que en esos pliegos se incluye una cláusula para los nuevos explotadores de la traza en la que se firme un compromiso de qué todos los trabajadores sean transferidos a la nueva empresa. Y claro está, que se les respeten el sueldo y la antigüedad.

 

Los peajistas desempolvaron una vieja fórmula que utilizó Mauricio Macri cuando era jefe de gobierno porteño.

 

Entonces estuvo la mano de Hugo Moyano y de sus abogados para que aquel cambio de tecnología, cuando los camiones pasaron de ser manuales hacer recolectores de contenedores como actualmente, se estableciera un sistema para que los empleados fueron capacitados o reconvertidos se quedarán en la nómina de los nuevos concesionarios.

 

En Vialidad dicen que todas las empresas que se hagan cargo de las rutas a través de la PPP tendrán gran cantidad de puestos de trabajo, por ejemplo, en todo lo que está relacionado con la obra nueva que tengan que confeccionar. El asunto ahora sí se vuelve gremial. Sucede que si los trabajadores son reconvertidos a otra actividad, el gremio podría perder su afiliado. Por caso, si un peajista hace tareas que se encuadran en otro gremio, pues debería cambiar de actividad y de sindicado.

 

En el Sindicato Único de Trabajadores del Peaje y Afines (Sutpa) se oponen al proyecto de PPP con variados argumentos. “La ejecución del proyecto que propone rutas seguras a través de la participación pública privada, no sólo amenaza con dejar sin trabajo a 2500 familias sino que además atenta contra las pymes, la mano de obra nacional y expone al Estado a ser garante del privado, para asumir los riesgos que puedan surgir a futuro. Esta ley no sólo beneficia el ingreso de capitales extranjeros, sino que además excluye casi en su totalidad a la industria nacional”, dice una de las proclamas en las que fijan su posición.

 

El momento elegido para la presión es determinante. ¿Habrá alguna vez algún cine que haga paro el lunes?, podría preguntarse un lector. La oportunidad para sacar a la luz el conflicto es una: el cambio de quincena. La semana que viene es el sábado a la noche del cine.