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El papa Francisco pidió esperanza para el continente americano en su mensaje de Navidad

El papa Francisco pidió en el tradicional mensaje navideño “Urbi et Orbi” (para la ciudad y para el mundo), en una plaza San Pedro colmada, que se “aclaren las tinieblas” para las guerras y crisis del mundo, y auspició “esperanza” para el continente americano, especialmente para el “querido pueblo venezolano, largamente afectado por tensiones políticas y sociales”.

 

Francisco abrió la Navidad 2019 con un Mensaje pronunciado junto al primado anglicano Justin Welby y el exmoderador de la Iglesia de Escocia, John Chalmers, dirigido a los dirigentes políticos de Sur Sudán, donde pidió implementar los acuerdos de paz.

 

“Deseamos formular a ustedes y al pueblo sur sudanés los mejores augurios de paz y prosperidad, garantizando nuestra cercanía con sus esfuerzos para la implementación de los acuerdos de paz”, afirmó el mensaje.

 

“Elevamos por lo tanto nuestras plegarias al Cristo Salvador por un renovado empeño en el camino de la reconciliación y la fraternidad”, agregó. “Que el Señor Jesús, príncipe de la paz, ilumine y guía sus pasos en la bondad y la verdad, para que se haga posible nuestra auspiciada visita a este querido país”, afirmaron los tres jefes religiosos.

 

Luego, en el mensaje “Urbi et Orbi” desde la logia central de la basílica, Francisco pidió “luz para los muchos niños que padecen la guerra y los conflictos en Medio Oriente y varios países del mundo”.

 

También pidió “consuelo para el amado pueblo sirio, que aún no ve el fin de las hostilidades que laceraron el país en esta década”, y auspició que Cristo “inspire a los gobernantes y a la comunidad internacional para hallar soluciones que garanticen la seguridad y la convivencia pacífica de los pueblos de la región, y ponga fin a sus indecibles sufrimientos”.

 

Auguró “apoyo” para el Líbano, “para que pueda salir de la actual crisis”. Invocó “luz” también para Tierra Santa, “donde sigue la espera de muchos que, incluso con fatiga pero sin perder la fe, esperan días de paz, seguridad y prosperidad”.

 

“Consuelo” fue asimismo el augurio para Irak, “atravesado por tensiones sociales” y para Yemen, “que sufre una grave crisis humanitaria”. “Pienso en los niños de Yemen”, agregó con dolor.

 

Para el continente americano, el pontífice auguró “esperanza”, en la “temporada de tumultos sociales y políticos”.

 

En particular para el “querido pueblo venezolano, largamente afectado por tensiones políticas y sociales”, para que “no le falte la ayuda que necesita”.

 

Y bendijo “los esfuerzos de quienes están luchando por favorecer la justicia y la reconciliación, y obran para superar las diversas crisis y las muchas formas de pobreza.

 

El pensamiento del pontífice recorrió también la situación de la “querida Ucrania”, que “aspira a soluciones concretas por una paz duradera”, y a los pueblos de Africa, “donde perduran situaciones sociales y políticas que a menudo obligan a las personas a emigrar, privándolas de casa y familia”.

 

Expresó asimismo cercanía con las víctimas de los conflictos, de las calamidades naturales, de las emergencias sanitarias, de las persecuciones religiosas, de los ataques terroristas, “sobre todo en Burkina Faso, Mali, Niger y Nigeria”.

 

Francisco no olvidó una invocación de “defensa y apoyo” a los migrantes, porque “es la injusticia la que los obliga a atravesar desiertos y mares, transformados en cementerios”.

 

“Es la injusticia que los obliga a sufrir abusos indecibles, esclavitud de todo tipo y torturas en campos de detención inhumanos. Es la injusticia que los rechaza de lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna y les hace hallar muros de indiferencia”, concluyó.

 

Finalmente, Francisco renovó “sus augurios de Feliz Navidad a todos ustedes, llegados de todas partes del mundo a esta plaza, y a todos quienes desde los diversos países están conectados vía radio, televisión y otros medios de comunicación. Les agradezco su presencia en este día de felicidad”.