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El dólar cerró la semana estable

El dólar se mantuvo estable durante toda la semana sin que el Banco Central (BCRA) se viera necesitado de marcarles a los operadores una cotización referencial mediante la venta de reservas. Fue por primera vez desde comienzos de marzo.

 

La divisa se operó con leves variantes en un rango que fue de $20,48 a 20,50 (nivel al que cerró en promedio ayer) para la venta al público, y de $20,16 a 20,20 para su expendio en grandes operaciones, lo que parece indicar que el mercado convalidó -aunque a regañadientes (el promedio diario operado fue de US$637,6 millones, 7% menor al de la semana anterior y 33% menor al de un año antes)- la banda de precios que impuso el Gobierno para tratar de quitarle uno de sus motores a la sostenida inflación.

 

“En la semana, el tipo de cambio tuvo una suba de cuatro centavos respecto del cierre del viernes pasado. Ayer, la divisa norteamericana operó casi plana durante todo el desarrollo de la rueda y con mínima amplitud entre máximos y mínimos operados. La oferta por ingresos desde el exterior pudo abastecer los pedidos de compra en un nivel discretamente superior al alcanzado hasta la jornada anterior”, dijo Gustavo P. Quintana, operador de cambio en PR.

 

La tregua, que venía anunciándose por la menor frecuencia y monto que tuvieron las intervenciones desde que comenzó abril, finalmente llegó luego de que el BCRA vendiera reservas en seis de las 22 ruedas cambiarias que se desarrollaron entre el 5 de marzo y el pasado viernes 6 de abril. En ese lapso volcó a la plaza más de US$2400 millones de sus reservas (la última venta por US$175 millones fue el pasado viernes) y retiró en consecuencia de circulación unos $49.000 millones.

 

De esta manera, tanto el congelamiento temporal que le impuso al tipo de cambio como el resultado contractivo en lo monetario que tiene la venta de reservas le suma su intento por recuperar la iniciativa perdida en la batalla contra la inflación.

 

Estabilidad internacional

 

El momento de distensión cambiaria fue favorecido además por la estabilidad que tuvo a su vez el dólar (el índice que lo mide frente a otras seis divisas importantes en el mundo se movió entre los 90,5 y los 89,8 puntos) e incluso la que mostraron las tasas de interés en el mercado internacional, aunque se movieron algo más que el billete (la tasa a 10 años en Estados Unidos fluctuó entre 2,77 y 2,82, aunque tras tocar un pico de 2,88 anteayer).

 

Y, además, por el desarme de posiciones en dólares y de bonos en o atados al dólar que hicieron algunos bancos, en especial los oficiales, para volver a apostar por la tasa de interés, algo favorecido porque el BCRA, acorralado por las circunstancias inflacionarias, concedió al mercado algo parecido a un seguro de cambio.

 

Las señales de mayor tranquilidad sobre la evolución del tipo de cambio, tras una devaluación del peso que promedia el 16% entre diciembre y febrero, se replicaron en el mercado local de futuros, lo que parece indicar que los operadores consideran que el BCRA tienen la “batuta” y será quien decida el momento en que el congelamiento del tipo de cambio comience a relajarse.

 

Por los pronto la idea que se impone -tras los duros datos sobre inflación que dejó marzo- el Gobierno no tiene el mínimo margen para dejar correr nuevamente al dólar. Menos ahora que se empezó a comprobar un fuerte el traslado a precios del salto de $17 a 20 en promedio que tuvo el billete entre diciembre y febrero.