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El Contrafestejo le ganó al mal tiempo

Sin ceremonia narrativa, ni ritos profundos como otras ediciones, pero con la intacta tradición de calentar los parches con una fogata en plena esquina de Garay y San Martín, comenzó el Contrafestejo 2012, movimiento artístico que propende un espacio de reflexión colectiva, revitalizando nuestra identidad, a favor del respeto por la diversidad étnica y cultural otorgándole otra significación  a “El Día de la Raza”.

 

Desde hace poco más de una década el rito del Contrafestejo se lleva a cabo en la capital entrerriana favoreciendo una reconexión con la cultura ancestral aborigen americana y afroamericana, incitando la diversidad, el derecho de los pueblos a expresarse y decidir con albedrío su destino, atizando la defensa de la naturaleza y el cuidado del planeta, propiciando la distribución equitativa de las tierras y la riqueza, como reivindicando los derechos de los niños, las mujeres, los ancianos y los trabajadores explotados del mundo.

 

Como el año pasado, los preparativos para dar comienzo a la llamada consistieron ésta vez solo en el templado de los tambores, lo cual se realiza encendiendo diarios y leños, con los cuales se fue calentando el instrumento hasta que la lonja adquiriese una tensión apropiada.

Una vez terminada la etapa del templado, los ejecutantes procedieron a formarse, convocados por los tamborileros líderes quienes fueron “haciendo madera”, para ir estableciendo el ritmo sobre el cual se va a construir la llamada. A partir de allí empezaron a caminar al “paso de llamada” por arterias del otrora Barrio del Tambor o “Barrio de los Negros”, un asentamiento marginal de afrodescendientes que se encontraba separado del resto de la ciudad por un arroyo que corría al sur del barrio.

 

Ernesto Costa Robledo un uruguayo con antepasados afroamericanos, bailarín y artista reconocido tanto por su humildad como por su talento y expresión creativa en pos de representar su legado y su sentir, recreó con la habitual sensualidad que lo caracteriza  los ritmos del litoral afroamericano, como formaciones de La Yagüarona, Candombe Hormiga y Cambá Nambí mostraron todo su color y estilo particular, hasta culminar el trayecto en Pasaje Baucis donde comenzó la fiesta popular, con la participación de distintas formaciones musicales y servicio de cantina conjugándose una velada interprovincial con delegaciones de Santa Fe, Rosario, Buenos Aires, Montevideo y Bahía, Brasil.

 

El Contrafestejo se ha afianzado como un espacio de reflexión colectiva, congregando a distintos sectores sociales en pos de fortalecer la pluralidad y la diversidad, honrando la memoria de los pueblos ancestrales que fueron masacrados y despojados de sus tierras durante la conquista de América en un encuentro de resistencia hacia la cultura dominante, donde artistas, comunicadores y organizaciones sociales y barriales expresaron su postura frente a la realidad, su descontento con la homogeneidad occidental y mostraron su propuesta de cambio con su palabra y su obra.