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El Banco Central vendió casi u$s1.000 M para bajar la cotización apenas 1 centavo

El Banco Central desembolsó este viernes u$s413 millones, la suma más alta erogada en un solo día en siete meses. Lo hizo para controlar el valor del billete norteamericano, que cerró a $20,53 para la venta, aunque arrancó la jornada con fuerte impulso alcista, que amenazó con alcanzar un nuevo récord.

 

Si se computan todas las intervenciones realizadas en las últimas dos semanas, el BCRA se desprendió en total de u$s935 millones. Y el resultado de este gran despliegue es más bien pírrico: apenas logró bajar la cotización de la divisa en 1 centavo desde los $20,54 a los que cerró el 2 de marzo.

 

Con la fuerte intervención de este viernes, las reservas internacionales del BCRA finalizaron en u$s61.686 millones, disminuyendo u$s265 millones con respecto al día anterior.

 

De acuerdo con las cotizaciones promedio publicadas por la entidad que preside Federico Sturzenegger, el dólar arrancó la jornada a $20,66, para bajar a $20,60 a las 13:00 y terminar con una tendencia descendente.

 

En una plaza con fuerte actividad, el volumen en el segmento de contado superó los u$s1.091 millones, la segunda marca más alta del año y en el mercado de futuros sólo se registraron 2 millones.

 

Los precios registrados en el inicio de la operatoria encendieron las señales de alarma en la autoridad monetaria y por eso salió rápidamente a apuntalar la oferta de billetes para cortar la tendencia alcista.

 

El valor más alto del billete se registró el 7 de marzo pasado cuando cerró a $20,69, tres centavos por encima de los 20,66 pesos que tocó al inicio de este viernes.

 

Desde el lunes de la semana pasada, el Central realizó desembolsos por encima de los u$s522 millones para evitar que la cotización supere los $20,60 y esa estrategia se confirmó este viernes con otra decidida participación en la plaza.

 

“Una fuerte y agresiva intervención del Banco Central derrumbó la cotización del dólar mayorista desde máximos en 20,389 pesos hasta mínimos en 20,19 por unidad”, explicó el operador cambiario Gustavo Quintana.

 

La plaza minorista se movió al ritmo impuesto por el mercado mayorista, donde el billete retrocedió 16 centavos, al cotizar a 20,21 pesos.

 

En el mercado de futuros del ROFEX se operaron 642 millones, de los cuales el 30 % se operó para fin de mes a $20,37, con una tasa implícita del 21,08% y el plazo más largo fue diciembre, que cerró a $23,97 a una tasa del 20,9%.

 

En el mercado ilegal, el blue subió tres centavos a $20,85.

 

El Gobierno, en la encrucijada

 

La actual dinámica, con un dólar bravío que exige esfuerzos de contención al BCRA, se viene dando desde que el Gobierno decidió flexibilizar la meta inflacionaria y habilitar una baja de la tasa de interés.

 

Son decisiones que le dieron marcado impulso al precio del billete verde.

 

“El Gobierno dio un claro mensaje sobre hacia dónde hay que apostar, ya que apunta a mantener alto el tipo de cambio real de modo tal de poder proteger la ganancia de competitividad lograda desde diciembre”, señala el referente de un banco de inversión de Wall Street.

 

Según la opinión de los financistas, Sturzenegger y el Gobierno enfrentan un dilema:

 

– Si no baja la tasa (es decir, el costo del dinero y de los créditos), corre el riesgo de que la actividad económica se vaya desacelerando hacia el segundo trimestre. Y esto cobra mayor relevancia por la sequía, ya que puede restarle hasta un punto a la suba del PBI.

 

– Si baja la tasa de interés (es decir, si reduce el “premio” para las inversiones en pesos), le inyectará una presión adicional al tipo de cambio, tal como sucedió a fines de 2017.

 

Dólar versus inflación

 

Los analistas advierten que el alza del billete verde no se detendrá y que de esta manera tiene grandes chances de ganarle al índice de precios en 2018.

 

Como causas, a las mencionadas anteriormente (metas inflacionarias y tasas) se suman un peor clima global y la percepción extendida de que existe un atraso cambiario.

 

Envalentonados por la devaluación que comenzó a fines de diciembre y convencidos de que la inflación irá moderándose en el segundo semestre, los funcionarios de Hacienda apuestan a que la carrera entre ambas variables podría tener un nuevo ganador en 2018.

 

La pulseada entre las dos variables requiere sintonía fina e implica riesgos: la divisa estadounidense no puede escalar demasiado porque ese incremento se trasladaría al resto de los precios, lo que complicaría a la economía.

 

Es cierto que los primeros movimientos del dólar, cuando se despertó de su letargo en diciembre, no produjeron demasiado impacto. Pero también es verdad que la persistente suba generó una alta tensión, algo que es admitido desde el propio Banco Central.

 

A tal punto que, como se sabe, la entidad monetaria salió a la cancha a frenar la estampida de la divisa y, como en los viejos tiempos, no tuvo problema en echar mano a las reservas.

 

Por ahora, resulta claro quién lleva la delantera este año:

 

– El billete verde ha trepado 8,4%, tomando como referencia el segmento mayorista.

 

– La inflación en los dos primeros meses ha sido la mitad: 1,8% en enero y 2,4% en febrero.

 

La intervención del Banco Central de estos últimos días denota cierto “techo” que Sturzenegger ha querido imponerle al alza cambiaria. Pero, más allá de ese freno, lo cierto es que el Gobierno no quiere perder la mejora relativa de competitividad lograda tras el salto del dólar.

 

“De aquí a fin de año, el desafío es sostener la competitividad ganada, con este tipo de cambio real, y bajar la inflación”, afirma a iProfesional, Federico Furiase, director de EcoGo.

 

Esto, “en el marco de la suba de tarifas, sin que haya sobrerreacción con la tasa de interés y evitando que los salarios pierdan contra la inflación”, añade.