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¿Efecto Liga Nacional?: así terminó Central Entrerriano

El Club Central Entrerriano, en lo que va del año, abonó importantes montos a acreedores y proveedores. Mientras tanto, espera el proceso del Concurso Preventivo a cargo del Juez Arakaki. Alejandro Briozzo cuestionó la falta de orden de la última administración.

La actual dirigencia de Central Entrerriano tomó una serie de medidas que derivaron en un estricto orden en sus finanzas, atento a la situación financiera que está atravesando. Alejandro Briozzo, presidente del club, manifestó que “está encaminado porque se tomaron medidas paulatinas y algunas drásticas en momentos muy difíciles, sobre todo el año 2012 donde los recursos escaseaban”.

A partir de administrarlo “en forma muy austera y ordenada hemos podido conjurar ese momento complicado y obtener un alivio a partir del carnaval 2013”.

Consultado sobre los pagos realizados, precisó que hasta el momento “el club pagó aproximadamente tres millones y medio de pesos. Se hicieron frente a dos compromisos que eran ineludibles como una deuda de fidecomiso al Consejo de Ciencias Económicas de Entre Ríos que fue contraída en dólares, además de la utilización de un millón de pesos -que vino del carnaval- para cumplir con otra obligación. Quedan dos cuotas, en total son 120 mil dólares. La preocupación es que está en moneda americana, tiene un interés anual muy alto, el 12 %, y está atada con la evolución del dólar”.

En tanto, recordó que compraron “entre comillas dos autos más porque algunos habían sido sacados de la concesionaria, no habían sido pagados y fueron revendidos para convertirlos en dinero. Entonces hubo que pagarlos al vendedor original, rescatarlos a quien se le vendió para poder ponerlo en el premio”.

Con relación al bingo 2013, dijo que “tenemos abonado aproximadamente el 80 % de los premios, resta la entrega del vehículo más importante en valor, aunque es un problema ajeno al club”.

Acto seguido, efectuó un análisis positivo acerca de la resolución del juez Arakaki: “Consideramos que fue impecable desde el punto de vista de las deudas contraídas legítimamente por la institución. Cuando los directivos asumen un compromiso de pago de una deuda, el mismo debe estar asentado, reconocido y aceptado por resolución directiva. No es facultad privativa del presidente o del tesorero del club endeudarse sin la aprobación de comisión directiva, sobre todo cuando se trata de montos muy importantes como son las que están en juego. Además, que esté volcada la contabilidad en los libros. El juez consideró que con los elementos que le habían aportado, ninguno de esos dos recaudos estaban dados. Alrededor de 9 millones de pesos era el monto que habían elevado los acreedores pero Arakaki sólo declaró admisible -o sea verificado y en condiciones de exigir el pago a Central- de 900 mil pesos.

Consultado sobre si los acreedores tienen la posibilidad de otra instancia, comentó: “Hay una etapa posterior donde cada uno de esos acreedores puede intentar en lo que son incidentes de revisión a los efectos de aportar mayores pruebas. Es un proceso no tan rápido y se hace ante el mismo juez de concurso quien decidirá si esa deuda es exigible al club”.

 En lo inherente al monto que se determinó como deuda de la entidad (19 millones), reflexionó: “Cuando asumimos estaba la deuda denunciada por el propio presidente con un listado de acreedores y ese monto, con 300 cheques rechazados por el Banco Central por un valor de casi 8 millones de pesos por falta de fondos. Cada uno de esos acreedores tenía en sus manos documentación que podían en forma inmediata presentarse. Algunos ya se habían presentado y el club no tenía defensa, había que pagar. La única manera de que eso no ocurriera era presentarse al concurso preventivo, se sometiera al juez y que fuera éste el que determinara si esa deuda había sido contraída legítima o ilegítimamente”.

La pregunta clave fue “¿Por qué se llegó a esta situación en Central Entrerriano?”, y Briozzo respondió: “es muy difícil otorgar una respuesta. La pueden dar quienes fueron protagonistas de esta historia del 2012 para atrás. Sí creo que no hubo un orden, disciplina, control y responsabilidad para poder administrar un club como debe hacerse”.

Alejandro Briozzo reconoció a los colegas de diario El Día de Gualeguaychú que, junto al resto de la comisión, asumieron en momentos difíciles. “Lo hicimos con el convencimiento de que debíamos dejar de lado las cuestiones individualistas de lado y sólo pensar en el club al que todos amamos. No ha sido fácil estar en este lugar, hemos tenido presiones importantes y las soportamos. Cuando hay dinero hay intereses, y existe alguien que no se resigna que a su dinero se le pague en forma rápida”.