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Desapareció un submarino argentino

El submarino de la Armada Argentina ARA San Juan es buscado en la zona del Golfo San Jorge, en Chubut, donde fue registrada su última posición a primera hora del 15 de noviembre. A más de 48 horas, se cree que el submarino, un TR-1700 con propulsión diésel-eléctrica y capacidad para 37 tripulantes, podría haber tenido un problema en el suministro de energía.

 

Ayer por la mañana, la Armada ordenó un operativo de restablecimiento del enlace: según pudieron recabar colegas de La Nación, participaron dos corbetas y un avión, que sobrevoló la zona estimada donde podría encontrarse la embarcación.

 

“La última información fehaciente y oficial es que aún no se encontró al submarino. No es que está perdido, para estar perdido hay que buscarlo y no encontrarlo”, aseguró Enrique Balbi, jefe del Departamento Comunicación Institucional de la Armada.

 

En diálogo con el canal TN, Balbi aseguró que el submarino “se estaba dirigiendo desde la base naval Ushuaia a la base naval Mar del Plata, su apostadero habitual, en un camino muy abierto” y que “en algún momento dejó de haber comunicación”.

 

El jefe del Departamento de Comunicación Institucional de la Armada explicó que “se inició un protocolo, un plan homologado internacionalmente, que cuando un submarino ha dejado de tener enlace se inician unos procedimientos para forzar el enlace de las comunicaciones”.

 

“No hay indicio grave”

 

El capitán de navío Balbi aseguró que “no hay ningún indicio grave que se tenga del submarino” y que “simplemente se dejó de tener comunicaciones”.

 

“Ayer a las 22 se concretó una cierta cantidad de tiempo de la última comunicación del submarino, entonces la Armada, a través del Comando de Fuerza de Submarinos, inició el procedimiento de un plan: se desplegó el destructor Sarandí”, detalló.

 

 

El submarino fue construido en Alemania en 1985 y llegó al país en 1986. Tiene 66 metros de eslora, siete metros y medio de manga (ancho) y es un submarino convencional, diésel-eléctrico. El ARA San Juan fue sometido en 2008 a una “reparación de media vida”, una obra difícil y compleja para la que fue necesaria una preparación de dos años de trabajos de ingeniería en las instalaciones del Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar) para poder llevarla a cabo. Un comunicado de aquel momento afirmaba que los arreglos extenderían la vida del navío por 30 años.

 

El submarino ingresó al Cinar en diciembre de 2008. Para reemplazar los motores fue necesario cortar el casco de la embarcación por la mitad con oxígeno-acetileno y separarlo en dos partes porque que no era posible sacar ni ingresar equipamiento por las pequeñas escotillas.

 

Se reemplazaron los cuatro motores diesel MTU de 16 cilindros en V y 1200 Kw de potencia, que mueven una igual cantidades de alternadores de 4000 amperes. Asimismo, los motores eléctricos responsables del movimiento de la hélice recibieron un mantenimiento integral -que incluyó su desarmado completo, limpieza, medido, calibrado y posterior rearmado- con un reemplazo de los montajes que amortiguan la vibración del motor.

 

También se le realizó un replacado y la reparación integral de cada una de las 960 baterías que hacen funcionar al submarino y se repararon las válvulas y demás mecanismos.

 

La tarea de volver a unir el submarino, que se realizó a fines de 2011, entrañó complejidades desde el punto de vista técnico: no podía haber ningún error que comprometiera la vida y la seguridad de los tripulantes del buque.