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Debate presidencial: Roberto Lavagna con un perfil bajo al borde de la intrascendencia

Roberto Lavagna señaló en sus 45 segundos de presentación del debate los tres ejes que caracterizan la campaña del referente de Consenso Federal: la reivindicación de su papel como ministro de Economía tras el 2001, la actual crisis económica y su llamamiento a un “acuerdo” desde su posición antigrieta.

 

Ya desde el primer tramo, Lavagna se refirió al acuerdo entre Mercosur y Unión Europea con una de cal y una de arena: dijo que “puede ser una oportunidad” o algo que repita “los periodos de sumisión de Argentina”.

 

En esa tónica de la ‘avenida del medio’, Lavagna dijo que hay “ocho años de estancamiento absoluto” —en referencia los gobierno K y el gobierno de Mauricio Macri— de “graves errores de política económica de dos gobiernos con políticas opuestas pero con el mismo resultado”.

 

Así, el economista dijo que “llegó el momento de poner en marcha la economía, defender el consumo y bajar impuestos a las Pymes”, en tanto apuntó a Mauricio Macri: le dijo que hay que terminar con “las frases marketineras” como “lluvia de inversiones, brotes verdes” ya que de sus cuatro años hay tres de caída del PBI y aumento de pobreza e indigencia”.

 

Insistió con su línea económica en “Derechos Humanos, Diversidad y Género” donde dijo que “si hay un derecho humano que está siendo violado es el hambre” y añadió que es “lamentable” que los otros candidatos no hicieran este planteo en este bloque de debate.

 

Jugó más fuerte cuando comparó a Macri con Domingo Cavallo al decir: “Hace algunos años un alto responsable del Estado envió a los científicos a lavar los platos. En este caso no ocurrió lo mismo, simplemente se les cortó el Presupuesto. El resultado es el mismo”.

 

Pese a que se diferenció de Alberto F. y Macri sin caer en chicanas, al candidato le faltó carácter en sus intervenciones y no pudo terminar de lucirse en el plano que más lo elevaba frente a los otros candidatos, la economía.