Maran Suites & Towers

David Shepard pinta bien técnicamente, pero en España no dejó un óptimo antecedente

David Shepard (24 años y 2m01de altura) acordó condiciones para sumarse a Echagüe en la Liga Argentina, Segunda División de nuestro básquet profesional. El alero de óptimo tiro exterior, que puede postearse con inteligencia, astucia y eficaz despliegue físico, posee buenos antecedentes en la NAIA, inferior categoría Universitaria que la NCAA estadounidense (con sus distintos escalonamientos). En su paso por Europa dejó una referencia adversa al “fugarse” del equipo que lo había contratado.

 

Lo que le ocurrió a Shepard en España es, como mínimo, peculiar. En octubre de 2017 abandonó al Ibersol CB Tarragona. En concreto, tres medios periodísticos de la ciudad portuaria de la región de Cataluña, en el noreste de España, coincidieron en informar que Shepard no se presentó el jueves 12 de octubre en el entrenamiento programado a las 19.30.

Al día siguiente, y sin comunicar nada al club, el jugador decidió volver a los Estados Unidos, estando al día con sus condiciones profesionales, habiéndose cumplido todas las cláusulas estipuladas en el contrato.

 

Presuntamente, David Shepard tomó esa decisión tras mantener una discusión con su compañero, Guido Villamil.

Fue el coach Berni Álvarez quien primero se enteró de su deserción al llamarlo y escuchar del propio Shepard que estaba en el aeropuerto listo para partir a su país.

 

Hasta su cesación, el Ibersol CB Tarragona había ganado un juego y perdido otro. Shepard era considerado como una ficha versátil para jugar tanto en el perímetro como en el área interna, destacándose por su tiro de Tres y su variabilidad en el posteo.

 

No es fácil ser un virtuoso jugador universitario estadounidense y convenir o pactar con un equipo de otro país. Primero está el desarraigo integral, segundo las características de la plaza a dónde se dirigirá, tercero las particularidades, modo de jugar básquet y sistema de competencia en ese país que lo recibirá, para finalmente confiar en los rasgos profesionales de la institución contratante.

 

Por lo narrado, veremos qué sucede con su llegada a un club donde se invierte austeramente en las fichas foráneas, a diferencia de las demás instituciones.

Ni hablar de la franja salarial de un jugador de Liga Argentina con uno de Liga Nacional (Primer Nivel).

 

Echagüe se ha caracterizado en los últimos años por ejecutar una administración de números prolijos, ostensiblemente distinta a la de otras “aventuras” en que se supo hipotecar al club.

Bajo liderazgo de Marcelo Casaretto, el club de calle 25 de Mayo separó drásticamente lo profesional de lo amateur y así la premisa o consigna fue firmar/avalar lo que se podía cumplir.

 

Por ello se armaron planteles con balances o equilibrios cuestionables en cuanto a cantidad de perimetrales e internos, y direcciones polémicas, destacándose que cada extranjero llegado tenía pergaminos personales y deportivos debatibles, aunque acordes a los montos de sus contratos, y hasta en ciertos casos, fueron piezas de superlativo nivel que terminaron emigrando a otros países con mejores ofertas.

 

Ni idea cuánto ganará Shepard. No obstante, si por una controversia con un compañero dejó una franquicia europea con el grado de profesionalismo que se desarrolla en El Viejo Continente, vale la pena estar “en guardia” pensando en lo que es la Liga Argentina (al día de hoy ni siquiera se sabe cómo se jugará, con cuántos equipos, etc) y en lo que le pagará Echagüe comparando con otros colegas de distintas franquicias.

 

Sin dudas, toda una incógnita, como suele moverse desde hace algunos años Echagüe en un Circuito donde, con su historia, sus años de experiencia, sus páginas felices y sus varias amarguras-frustraciones-decepciones, podría -hace rato- haber montado una estructura deportiva a mediano-largo plazo sin apostar tanto al laboratorio, al experimento.