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Crisis de prensa: precarización laboral, indignidad, deslealtad e hipocresía…

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Venimos leyendo y escuchando en los últimos tiempos información diversa inherente a coyunturas delicadas que soportan trabajadores de medios periodísticos. Hemos dado nuestra primera impresión acerca de la situación específica de El Diario de Paraná. Profundizamos nuestra visión.

 

Se habla de sueldos atrasados, pagos desdoblados, infraestructura obsoleta, de precarización laboral y hasta se arriesga en el esparcir una versión -por ahora inconsistente- relativa a vaciamiento de la empresa.

Pero de lo que no se habla es de la calidad del producto que hace años, MUCHOS AÑOS, ha perdido calidad, jerarquía, y hasta la característica indeleble que quienes con su pluma, con su talento y disposición prestigiaron los espacios gráficos de una Hoja Centenaria.

 

Nos ponemos en la piel de los empleados de impresión como de diseño y compartimos sus desvelos pues sabemos de cómo se pusieron la camiseta de El Diario hace décadas, ahora bien… ¿Cuántos periodistas de la Redacción VIVEN de sus emolumentos correspondientes a sus tareas EXCLUSIVAS DENTRO de dicho ámbito laboral?

 

¿Cuántos redactores DEPENDEN EXCLUSIVAMENTE de dichos estipendios por haber formalizado acuerdos correspondientes, adecuados a sus desempeños, a sus tiempos de disposición para con la Empresa, a sus responsabilidades, a sus compromisos representativos?

 

Podemos ASEGURAR que POCOS. La mayoría de los empleados de El Diario tradicionalmente tuvieron y TIENEN dedicaciones paralelas, análogas, afines o hasta en casos excepcionales profesionalmente distintas.

 

Desde 1986 hasta 1995 compartimos deberes periodísticos bajo el techo de El Diario con empleados de la Administración Pública provincial y municipal, de la Justicia, del Senado, docentes, abogados, etc, etc…

 

Era COMÚN (y necesario…) contar con ese DOBLE SUELDO y la Empresa NO PONÍA OBJECIONES. Eso sí… Uno quería trabajar en radio o tv y ahí venían los condicionamientos y/o resistencia empresarial.

 

No le gustaba a Don Arturo Julio, a Arturito ni a Zahorí. No había persecución, ni sanción, pero sí limitaciones, reticencias, restricciones encubiertas y mucha cara de malestar como hasta expresiones cáusticas.

 

Para colmo, se sumaban los chupamedias de siempre, adhiriéndose a esa postura, y hasta traicionando a sus compañeros asociándose con diversos gestos o actitudes a la visión patronal.

Traidores que compartían largas tertulias en las que se reivindicaban Derechos Laborales y se promovían ideas “revolucionarias” solo tendientes a mejorar las páginas de NUESTRO DIARIO, pasando a ser con el correr de los años encargados de distintas secciones y hacer añicos todos los ideales blandidos oportunamente.

 

Ya en la fase final del Ciclo Etchevehere todo había cambiado. En especial a partir de la muerte del Dr. Luis Félix (Zahorí) y del progresivo despegue de Arturo Roosevelt.

 

Se incorporaron numerosos periodistas de predicamento en radio y tv para distintas secciones, y se abultó (triplicó) asombrosamente la planta de la Sección Deportes para llenar el mismo espacio del Suplemento creado a mediados de los ’90 y desarrollado por 4/5 redactores y 4 cronistas externos.

 

El auge de la actividad deportiva, la multiplicidad de disciplinas, la duplicación de representativos profesionales locales en el campo nacional indudablemente lo ameritaba, pero… con tanta chance de producir info, imágenes, estadísticas y opinión (algo que no se ve ni se escucha mucho por estos pagos…), con tanta tecnología allá por los 80/90 inexistentes, el suplemento siguió siendo el mismo. Paradójico.

 

Basta revisar los Archivos y la constancia de lo que aseveramos es irrebatible.

 

Hoy, lamentamos informarnos acerca de los padecimientos de nuestros colegas, en especial de quienes aceptaron hacerse cargo de gestiones que NO DEBERÍAN ser cubiertas en forma Free Lance o como Monotributistas. Y sin embargo, los cuerpos agremiados PERMITEN SIN CHISTAR.

 

Resulta que, allá por los 80/90, cuando supimos estar a cargo del grupo de cronistas (y lo fuimos también…), el 90 % del quehacer estaba bajo la órbita de los redactores y responsables de área. La actividad de los cronistas era cubrir eventos, traer la info, dejarla al personal de Redacción e irse.

 

Con el devenir del tiempo, o concretamente a partir de mediados de los 90 y sobre todo, comienzos del 2000, hubo una transformación peculiar, ganando lugar, espacio dentro del ámbito de Redacción, estos colegas a quienes se les confirió tal o cual especialidad y cierto lazo abstracto de dependencia.

 

Lo paradójico es que, los mismos, en la mayoría de los casos, contaban NO CON UN trabajo extra sino con VARIOS. Desempeños en ámbitos estatales, participaciones en tv y radio, como hasta publicación y hasta dirección de sitios web o PUBLICISTAS.

 

Por ende, NO ERA (ni es…) INUSUAL que se contrapongan, configurándose hasta incompatibilidad horaria que elocuentemente ponía en riesgo la LEGALIDAD LABORAL, pero a su vez, la calidad del producto expuesto.

 

Así, El Diario, con periodistas de INDISCUTIBLE VALÍA, algunos de ellos jóvenes de indudable posibilidad de proyección, comenzó a perder prestigio y hasta crédito, desplazado por -contradictoriamente- la inmediatez de la info que sus mismos “empleados” volcaban (y vuelcan) en sus espacios de tv, radio o digitales.

 

Como, inexplicablemente, hasta dejó de tener poder de análisis, de crítica, y se perdió de modo inaudito la contemporaneidad informativa, pasando a ser un espacio gráfico de noticias pretéritas.

 

Sí, no hay alternativa alguna que cargar las tintas sobre la dirección, sobre quienes debían impedir ello. Es verdad. Innegable.

 

Pero… ¿cuál es el límite de la dignidad de un profesional del periodismo que brinda sus servicios de manera independiente, tomando cargas horarias que no respeta a rajatabla verificándose que su gestión no tiene diferencias en lo que expresa oralmente por la televisión, por la radio o hasta en sitios web y fue creado mediante el teléfono de El Diario, el servicio de internet de El Diario o conseguido gracias a “la chapa” que otorga El Diario???

 

De corroborarse lo denunciado por los hoy empleados disgustados, ESTÁ MAL, MUY MAL por parte de la Patronal NO PAGAR los sueldos a término, en fecha JUSTA y LEGAL.

ESTÁ MAL permitir o propiciar la PRECARIZACIÓN laboral.

ESTÁ MAL no conferir las condiciones laborales pertinentes, sea en cuanto a ámbito como a equipamiento.

Como es INQUIETANTE se constate por las vías, por los canales correspondientes, el vaciamiento de la Empresa.

 

Claro está… ALGO DEBE CAMBIAR en El Diario. URGENTE.

 

¡No nos rasguemos las vestiduras hipócritamente!!! Desde que tenemos uso de razón, bajo dependencia de la Familia Etchevehere, más allá de su espíritu democrático IRREFUTABLE, El Diario fue una herramienta política de ALTÍSIMO IMPACTO favorable al radicalismo o hasta supo NO CASTIGAR a Busti cuando el criterio directriz no estuviera alineado a la doctrina radical de ese momento.

 

No podemos olvidar tan fácilmente las listas negras, los “personajes” excluidos, los suspendidos y de ser necesario, los escarmentados. Podemos hablar largo y tendido de ello.

 

¿Por qué hoy atribularse neciamente, falsamente con el espíritu conciliatorio, de proteccionismo, de PROPAGANDA a la actual gestión gubernamental, que dicen “surge PERIODÍSTICAMENTE desde la Casa Gris”???

 

¿Vamos a hablar de ética??? ¿Quién puede tirar la primera piedra??? Muchachos… ¡Acá nos conocemos TODOS!!! ¡Paremos con la hipocresía!!! ¿Y si nos sacamos la careta???

 

Nos CONMUEVE que haya colegas, sin trabajos extras, sin estabilidad laboral, sin Obras Sociales, que puedan estar sufriendo, ellos como sus Familias. Sí… NOS MOVILIZA…

 

Pero sería bueno que TODO CAMBIE en El Diario. Que el contenido de sus páginas CAMBIEN. Que leamos un diario ACTUALIZADO, con el día a día en las noticias y con una web que anticipe, que genere primicias. Recuperar el sello Editorial, la impronta de análisis, de opinión, de ponencias con el tinte exclusivo de redactores o columnistas de profundo enfoque.

 

Para ello, será imprescindible, insoslayable, generar un drástico giro en la dirección periodística, en las condiciones ineluctables desde el plano laboral-legal y así los hoy polifuncionales redactores-cronistas modifiquen sus conductas y/u ocupaciones en un marco inquebrantable de FIDELIDAD LABORAL.

 

Ni siquiera hablamos de EXCLUSIVIDAD… Solo enunciamos ello en lo concomitante al TIEMPO que le otorgan a sus quehaceres, a sus roles, y en definitiva a lo que se vuelca en El Diario, comparativamente hablando a lo que exponen en otros medios de forma paralela.

 

Apoyamos que se EXIJA a las autoridades de El Diario paga salarial al día, condiciones de laboriosidad impecables, y ESTABILIDAD o respeto a marcos/convenios rubricados con reparto de derechos y obligaciones perfectamente delimitados.

 

No obstante, cristalizado ello, anhelamos ver un diario acorde a sus cien años de vigencia. Hoy, lo que se lee en sus páginas, salvo artículos honrosamente exceptuados, es lisa y llanamente PATÉTICO.