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Conmemoración del Santo Patrono de Entre Ríos

La comunidad católica celebró este miércoles la Fiesta Patronal de Entre Ríos, honrando a San Miguel Arcángel, votado como “Protector” en 1825 por la feligresía entrerriana.

Como todos los años, la imagen del Santo recorrió las calles adyacentes a la parroquia, en una procesión de la cual participaron cientos de fieles. Posteriormente, el arzobispo Mario Maulión presidió la solemne misa, con una fuerte meditación en torno a la Importancia de la Familia en la Vida Social.

Al finalizar, la celebración litúrgica el arzobispo bendijo a los fieles y objetos religiosos, entonaron el Himno Nacional Argentino y la Marcha de Entre Ríos. Después, actuó la Banda de Música de la Policía de Entre Ríos en la Plaza Alvear, frente al templo.

En la homilía, Maulión advirtió que “el aborto es un crimen contra una persona indefensa, que hoy se busca justificar. Es un crimen -insistió- sea o no castigado”, ofrendando la feligresía un cerrado aplauso algo poco habitual en las celebraciones eucarísticas.

Maulión añadió que cuando se habla de “interrupción del embarazo, es una hipócrita manera de encubrir un asesinato”, y resaltó que “no se trata de penalizar o no, sino de saber qué es: es un crimen”.

La leyenda bíblica de San Juan, que reseña la lucha de San Miguel y los ángeles contra el mal, valió para indicar que “las luchas entre el bien y el mal también las vive el hombre en su interior. Son aquellas actitudes o tentaciones que nos meten para actuar en contra de lo que es correcto. Como Jesús, el creyente es tentado por diversas fuerzas que atacan al hombre, buscando apartarlo y llevarlo por el camino de las diversas maneras de muerte”, sugirió el obispo, quien agregó “en el año de la familia, estamos llamados a consolidar la familia natural, formada por mamá y papá. Son seres diferentes, no son los mismos, papá, mamá, hijos. Es el ámbito donde los distintos se complementan. La familia es el ámbito natural para unirse hombre y mujer, en una unión íntima y profunda, que genera nueva vida”.

De éste modo, insistió en el llamado público a la grey católica para “recuperar el respeto por la familia. Y por la vida en todas sus formas” y bregó por “una educación y legislación que transmitan una profunda convicción moral sobre el valor de cada vida humana, desde la concepción hasta la muerte”.

Maulión fue terminante: “Debemos recuperar el respeto por la familia. Queremos ser testigos de cuál es la auténtica y verdadera familia humana”.

“Los tiempos son difíciles, son muchas las maneras en que se debilita la moral y las sanas costumbres”, prosiguió el monseñor, que declamó “hacer una sólida comunidad familiar, que testimonie la auténtica vida humana”.

“El señor nos acompaña y San Miguel está luchando para fortalecernos, y evitarnos todos los inconvenientes y los desencuentros que tenemos y para superarlos”, aseveró Maulión en su sermón.

Concluyendo, se dirigió a los chicos que estaban presentes para tomar la primera Comunión y les dijo que son “la esperanza de la familia y la sociedad”. Y los exhortó a que “sean verdaderos hombres y mujeres, amando a Dios y a los hermanos”.

“Tenemos que enseñarles a los chicos que la vida se hace amando y amando en serio, y amando es tratando al otro como hermano, que también necesita de mí”, pronunció para finalizar el prelado.

Alusión de Romani

El gobierno de la Provincia fue representado por el subsecretario de Cultura de Entre Ríos, licenciado Roberto Romani, quien hizo llegar a todos los habitantes de la provincia un cordial saludo, recordando que “fue en 1822 cuando se levantó la primera capilla en honor de San Miguel Arcángel, por iniciativa Antolín Gil y Obligado, brindándose atención a las familias de Paraná en el mismo lugar donde por muchos años los negros esclavos se reunían para festejar con bailes y cánticos”.

También el funcionario -junto a autoridades militares- señaló que “al reconocer el trabajo de quienes apuntalaron las primeras iniciativas que hicieron realidad el templo, no podemos dejar de homenajear a quienes como párrocos e integrantes de comisiones del templo, señalaron un rumbo en la vida cristiana de la provincia, especialmente el presbítero Clementino Balcala que fuera nombrado como primer párroco por monseñor Rosendo de la Lastra y Gordillo, responsable eclesiástico que declaró a esta casa Parroquia a partir de 1898”.