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Clínica ESCO-CODITEP: el Che García se despidió ovacionado

Si bien el cierre de la temática de Zona Match Up o las defensas presionantes contaron con matices curiosos y valen de alternativas para algunos playbooks, el bahiense Néstor Che García cerró éste sábado -encabezando dos módulos- su participación con calidad de orador en la Clínica ESCO-CODITEP. La decisión de parar la bola y desarrollar un segmento en el que narró anécdotas e invitó a la reflexión en cuanto a las condiciones de trabajo con que los entrenadores acometen sus funciones, tuvo por distinción un aplauso de pie por parte de sus colegas. Imperdibles postales exclusivas.

 

García fue muy claro al expresarle a sus colegas que sin pasión y sin hambre no se logra nada en la vida, y enfatizó que la única lucha que se pierde es la que se abandona.

En cuanto a los principales aspectos de su exposición en torno a defensas presionantes insistió que si sus jugadores no creen en lo que van a hacer, será, por completo, imposible que psicológica y emocionalmente trabajen adecuadamente pues éste tipo de situación requieren de enorme concentración para colocarse y desplazarse seleccionando los lugares más delicados a cubrir defensivamente y ocuparlos, trasladándose en las direcciones precisas a cada acción.

 

Del mismo modo enunció el factor sorpresa, por lo cual habló de “racionar” su uso para obtener la mayor rentabilidad posible por la “novedad” del planteo en tal o cual instancia del partido, acelerando el ritmo del mismo y elevando a su vez la dinámica propia generando que el rival incurra en pases mal dados, pasos, campo atrás, tiros precipitados o que no haya tiros. En una palabra, causarle desorden al adversario en su juego estático variando sus posturas clásicas y provocando asimismo presión psicológica al oponente.

 

En una fluida interacción con sus colegas, no obstante aclaró y demostró que presentan zonas débiles y confronta riesgos de no aplicarse aceitádamente tanto de goles cómodos rivales o acumulación de faltas innecesarias, esgrimiéndose que la defensa presionante aumenta el espacio defensivo y al aumentar dicho perímetro, las ayudas defensivas recorrerán más espacio para ser eficaces en la protección de la canasta.

 

Éste módulo fue rico en detalles en lo inherente a conceptos relacionados con la defensa del jugador con balón, conceptos relacionados con la defensa de los jugadores sin balón, colocación primaria de los defensores, analizándose los cambios automáticos de defensores en los bloqueos, especialmente los directos, asumiendo situaciones de missmatch.

Por otra parte, se habló de la transición defensiva, el cuándo y/o el dónde de situaciones de 2×1, triángulos defensivos y rotaciones defensivas, entre tantos conceptos ricos en variables.

 

Un segmento hilarante pero a su vez emotivo

 

Néstor García no tuvo vergüenza, pudor,  en reconocer con excelsa sabiduría que de TODOS se aprende algo y que los años le enseñaron no solo a priorizar aspectos de su vida privada, en especial recuperar el sentido de trascendencia en cuanto al apego a lo familiar, asimilando  modo primordial un dogma que hoy trata, intenta irradiar a los colegas mas jóvenes: privilegiar el diálogo y en el mismo saber escuchar.

 

El bahiense manifestó que el entrenador se halla en estado de observación permanente, y que si bien puede por allí causar fastidio que todo el mundo opine sobre su trabajo, los años de actividad le enseñaron a que un consejo, una guía, un concepto edificante siempre debe ser evaluado y no descartado por que provenga de alguien que no es par, que no es un erudito y que supuestamente sabe menos que un coach.

 

Así contó una hilarante anécdota de un episodio vivido en su estancia en México, sobre la que pronto, en un apartado especial que tendrá Cuestión Entrerriana, haremos alusión. Lo que hoy adelantamos es que, tuvo en sus manos ganar un juego sin tanto sufrimiento de haber escuchado una voz ajena al plantel y al cuerpo técnico. Una voz, absolutamente sorprendente que, en realidad, NADIE hubiese escuchado o mínimamente, NADIE hubiese procedido teniendo en cuenta ese “consejo”.

 

Previamente, había narrado dos experiencias inherentes al “sentir” de sus jugadores, uno en Venezuela y otro en México. Sobre el primero, narró que lo halló en una capilla adyacente al estadio comiéndose un pancho, bien aderezado, minutos antes de un juego trascendental, y el mismo le explicó que hizo ello porque estaba muerto de nervios.

En tanto que el segundo, fue uno de los extranjeros más castigados en especial por la dirigencia de la franquicia mexicana en la cual él dirigía, y en un final dramático anotó el triple de la victoria y que valió un título, confesándole el estadounidense (con pasado de Liga en nuestro país) que había soñado hasta horas antes del juego que así se definiría el juego y de ésta manera se vengaría de todos los que dudaron de él.

 

Con estos ejemplos resumió lo vinculado a personalidad, a carácter, a confianza. A cómo reaccionan distintos dos jugadores de alto rendimiento.

 

Otro momento muy jocoso fue cuando contó lo ocurrido tras obtener el título de Liga con Peñarol en Mar del Plata, coincidentemente estando presente en el estadio de Sionista, Marcelo Richotti, quien era el base de aquel plantel campeón y hoy es el head coach de Gimnasia de Comodoro.

 

En aquella oportunidad, los campeones fueron agasajados con un acto en el Acquarium de La Feliz siendo presentados uno por uno por los conductores del tradicional show de focas y lobos marinos. Cuando éste mencionaba a tal o cual jugador, o a los miembros del cuerpo técnico, en algunos casos más, en otros menos ampulosamente, los animales hacían malabares diversos y/o con sus aletas “aplaudían”.

En un break del festejo, García se fue a hablar con uno de los encargados de esos mamíferos y les consultó sobre cuánto tiempo llevaba la preparación de los mismos a lo que recibió como respuesta “mas o menos 8 meses”. Lo cual le produjo el pensar que resulta increíble cuán poco tiempo les llevó ese proceso y a él como a otros técnicos les cuesta corregir años o tener resultado estéril respecto a los errores, defectos o carencias de tantos jugadores.

 

Allí se percató que los entrenadores de baloncesto entrenan jugadores, en tanto que los adiestradores de lobos, focas y delfines u orcas, ADIESTRAN.

 

También hubo un párrafo a lo que aludió Marcelo Nogueira el viernes por la mañana en lo inherente a la relación con la prensa. “Creo que nos debemos mutuamente una relación más armoniosa, de mayor respeto, de una sana convivencia y si es posible intentando un diálogo más fecundo. A nosotros, nos cuesta leer no solo los diarios, las revistas o las redes sociales. Estamos más habituados a ver videos, a analizar juegos en lo técnico, y por ahí nos falta leer para comprender otras visiones, y respetarlas más allá de discrepar o no estar de acuerdo. Por eso creo que en vez de estar tanto atrás de una Play o de la notebook, sería mucho mejor que leamos más para que interpretemos mejor otras posturas. Reitero que de todos se aprende algo. Así como siempre exijo y exigiré se respete nuestra función”

 

Sobraron más historias, hubo elogios a Facundo Sucatzky quien anduvo por el “Flesler”, y en especial a Alejandro Montecchia, a quien consideró uno de esos bases que hablan poco pero que entienden a la perfección lo que el coach necesita de ellos.

 

Finalmente, no dejó de recordar a León Najnudel quien nació un 14 de julio, fecha de instauración de la CODITEP, Comisión de Directores Técnicos hasta hoy presidida por Luis Martínez, otra personalidad de éste deporte a la cual el ahora head coach de Boca Juniors agradeció todo lo que se ha hecho por los entrenadores de la Argentina en las últimas décadas, tras lo que se despidió del auditorio -no sin antes reconocer el esfuerzo de la Organización de Clínica ESCO -y valorar sus presencias y ponerse a disposición de cada uno de ellos para seguir intercambiando información y no cortar éste vínculo de mutuo conocimiento, de mutuo aprendizaje.