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Chofer denuncia que lo echaron porque se negó a salir sin haber descansado

Un chofer que trabajaba para Vía Bariloche afirmó que fue despedido por negarse a manejar sin dormir. También aseguró que sus compañeros salen a la ruta sin el descanso apropiado porque la empresa los tiene “de rehenes”.

 

Luego de que el 04 de febrero un micro de la empresa Vía Bariloche volcara en el kilómetro 93 de la ruta 2 dejando dos pasajeros muertos y más de 30 heridos, llegaron los cuestionamientos. Se reforzaron los controles a las unidades y, sobre todo, al cumplimiento del tiempo de descanso de los choferes. En ese contexto, Esteban denunció que fue echado de esa empresa por negarse a salir a la ruta sin haber descansado lo suficiente.

 

El chofer -uno de los despedidos de El Rápido y que hace un año atrás fue absorbido por Vía Bariloche- confirmó que los conductores “son rehenes” de la empresa y no reclaman sus derechos por temor a quedarse sin trabajo. “Yo me negué a salir porque estaba cansado y me echaron”, resumió el hombre, cuya situación ahora se encuentra en manos del Ministerio de Trabajo.

 

Además, aseguró que los trabajadores del sector se encuentran en absoluta precariedad, situación que se mantiene a fuerza de amenazas con despidos en caso de que alguno hable o se anime a denunciar lo que ocurre. “No dormimos, no nos pagan los feriados, trabajamos sin franco”, enumeró el chofer, que fue echado el 16 de enero pasado.

 

En el accidente ocurrido el martes pasado, el conductor, de 24 años, y el chofer alternativo, de 35, fueron asistidos en el lugar con distintos golpes y se les realizó el test de alcoholemia, que dio negativo.

 

Al día siguiente, se viralizó un audio de uno de los choferes que coincide con la versión de Esteban. En su relato, el hombre contaba que habían viajado desde Buenos Aires hasta Miramar para luego emprender de inmediato el mismo camino de vuelta. “Así como llegamos limpié el micro y salimos de nuevo. Se durmió. Lo dejé dormir 2 o 3 horas, creo, no sé, no me acuerdo ya y después lo agarré, lo desperté para que maneje 100 kilómetros o 150 kilómetros y se durmió… ¡se durmió!”.