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Chocó y no fue una tragedia por milagro

Cerca de las 11 de este viernes, un automovilista que conducía un vehículo marca Land Rover, embistió un utilitario Peugeot Boxer que se encontraba estacionado, en forma correcta, junto a la sede de UTEDYC, en calle Monte Caseros, entre Villaguay y Carbó. Debió asistir al lugar del incidente personal de alcoholemia de la Municipalidad de Paraná según indicaron testigos oculares.

 

El conductor del Land Rover, tras haber perdido el control de su rodado e impactar en el lateral izquierdo del utilitario, no pudo bajar de inmediato por estar con efectos de aletargamiento, quizás por consecuencia de un exceso de alcohol en sangre,  de acuerdo a lo que manifestaron inspectores de la Comuna, debiendo dejar que la grúa municipal retire su coche precintado por no hallarse en condiciones de seguir al mando del auto.

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Funcionarios actuantes y personas que observaron toda la coyuntura, comentaron que quien embistiera a la Peugeot Boxer mostraba señales de presunta embriaguez, apreciando de modo fundamental su comportamiento y en sí por el incidente acaecido, colisionando sin ningún tipo de justificación a la furgoneta, y ocasionándole daños que se pueden apreciar a simple vista en las notas gráficas.

 

Reflexión

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Aun la conmoción se mantiene perenne en Paraná por el luctuoso hecho registrado en Avenida Alameda de la Federación, frente a la Escuela Del Centenario. Tras aquella trágica mañana, la Municipalidad procuró dar muestras de un mayor celo en lo concerniente al Tránsito, robusteciendo operativos y poniendo en diferentes arterias grupos de instructores viales junto a agentes.

Sin embargo, surge este delicado suceso que invita a la reflexión, a pensar cómo estamos viviendo, de modo especial en permanente riesgo, por la conducta inconsciente de ciertos conductores que, no asumen la responsabilidad imprescindible por sus actos.

 

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¿No llegó el momento que nuestros ediles, nuestros legisladores, estudien la redacción de un articulado normativo que implique penas ultra drásticas para quien conduzca en estado de ebriedad o bajo efectos de drogas de cualquier índole que ocasionen trastornos y/o el perturbar su manejo dando evidencias indiscutibles de generar inseguridad, notable peligro, riesgos contra la vida de otros conductores, acompañantes o peatones, y contra la propiedad de terceros.

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Pero aparte… Nosotros, cada uno de los ciudadanos, debemos comprometernos y denunciar inmediatamente a quién se ha visto en desfavorables condiciones de manejar. Llamar al 911, y dar datos inmediatamente, para que ese conductor sea detenido raudamente.

No esperemos otro 6 de junio infausto por el amor de Dios.