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Caso Pastorizzo: Imputaron a su ex novia por homicidio calificado por el vínculo

En pocas horas se desentramó uno de los crímenes que mayor conmoción generó en la ciudad. Gualeguaychú amaneció el viernes con un joven de apenas 21 años muerto tras recibir dos balazos: el primero en la espalda y el segundo en el pecho, cuando ya estaba caído en la vereda de General Paz al 370, entre Pueyrredón y Artigas.

 

El hallazgo fue cerca de las 5.15, cuando aún no había amanecido. Fue un remisero quien encontró a la víctima que agonizaba en el lugar y movía los labios, según contó a El Día. Inmediatamente dio aviso a la Policía y llamó a una ambulancia que llegó entre 20 y 30 minutos después: Fernando Pastorizzo ya había muerto.

 

En las primeras horas de la mañana, el fiscal Sergio Rondoni Caffa, quien está a cargo de la investigación, se encargó de averiguar sobre el entorno del remisero que halló a la víctima. Una vez descartado el trabajador, se enfocó en el círculo íntimo de Pastorizzo. La última persona que había estado con él había sido Nahir Galarza, con quien mantenía una “relación complicada, compleja”, según declararon algunos amigos de la víctima. Nahir, de 19 años, es hija de Marcelo Galarza, perteneciente a la Policía. Actualmente ejerce su trabajo en Gualeguay y es el propietario del arma que utilizó la joven para perpetrar el crimen.

 

En principio, fue llamada a declarar en carácter de testigo por haber sido la última persona con la que Fernando había estado. Con el correr de las horas, la investigación apuntó directamente hacia ella.

 

Según contó el subjefe de la Policía, Cristian Ormaechea, fue el propio Galarza quien se presentó en Tribunales para ponerse a disposición y acompañar a su hija. Luego, con una orden judicial, se realizó el allanamiento de la vivienda para secuestrar la pistola 9 milímetros. Esto sucedió mientras Nahir se encontraba en Fiscalía declarando, pero aún sin ser señalada como posible autora.

 

Confesión e imputación

 

Con el correr de las horas, la presión fue cada vez mayor y la joven terminó quebrándose emocionalmente. En horas de la medianoche del viernes, acompañada por sus padres y su representante legal, Víctor Rebossio, confesó todo.

 

El Día dialogó con el jefe de fiscales, Lisandro Beherán, quien informó que la joven “se entregó”, aunque no brindó detalles de los minutos previos a que se efectuasen los disparos. “Decidimos enviarla a la sala de salud mental (del Hospital Centenario) porque hacía horas que había pasado todo y teníamos miedo a que sucediera algo en una celda de la Comisaría del Menor y la Mujer”, dijo Beherán,

 

De todos modos, aclaró que “ella no tiene problemas psicológicos ni mentales, es sobre todo para evitar un problema o inconveniente, por eso preferimos que esté con custodia policial y atendida por profesionales de la salud, en caso que deba ser medicada. Tomamos la precaución para que no llegue a pasar cualquier cosa”, expresó el jefe de Fiscales.

 

Cuando la imputada se encuentre en condiciones será trasladada a la Comisaría del Menor y la Mujer. Antes, deberá pasar por Tribunales para que se le informe de manera formal su prisión preventiva.

 

“Ella está en carácter de detenida, para la prisión preventiva hay que esperar a que esté bien, en condiciones. Eso lo debe cumplir en Comisaría para que no se mezclen procesados con detenidos”, aclaró ante la consulta de un posible traslado a una Unidad Penal.

 

¿Cuántos años podría pasar en la cárcel?

 

Beherán confirmó que Nahir Galarza podría pasar entre 8 y 25 años de prisión por el asesinato de Fernando Pastorizzo. Tiempo que debería cumplir en caso que la carátula se encuadre en “homicidio simple”.

 

Pero, en caso que se sostenga la imputación de homicidio calificado por el vínculo, podría caberle una pena de prisión perpetua.

 

El punto de la investigación se centrará ahora en demostrar el vínculo de pareja que mantenían, o no, los jóvenes. En este sentido, desde la Justicia explicaron que, en un principio, el agravante se aplicaba sólo para matrimonios, luego se amplió a parejas estables, y “estos noviazgos que van y vienen, donde aparecen otras personas en el medio” podrían ser descartados como un vínculo que agrave la situación, según explicó el jefe de Fiscales.

 

Relación tóxicas

 

El Día pudo saber que todas las declaraciones testimoniales de los amigos y allegados a Fernando y Nahir coincidían en que mantenían una relación atravesada por los conflictos y hasta la violencia “de ella hacia él”.

 

En este sentido, trascendió que en la noche de Navidad se habría producido un altercado entre los jóvenes que habría terminado con un hecho de violencia, de la imputada contra el joven.

 

Otro de los comentarios de los amigos estuvo relacionado a una presunta amenaza de muerte: “Si me dejás, te mato”, le habría dicho la hija del policía. Aunque desde Fiscalía no confirmaron la amenaza, sí sostuvieron que la violencia y la conflictividad eran parte de la relación.

 

Horas después de cometer el asesinato, en su cuenta de Instagram Nahir Galarza  publicó una foto donde se ve a Fernando dándole un beso en el hombre, y acompañó la imagen con el texto: “5 años juntos, peleados, yendo y viniendo, pero siempre con el mismo amor. Te amo para siempre mi ángel”.

 

El repudio de sus amigos fue generalizado; el dolor y la bronca, expresado en cientos de comentarios y posteos en Facebook, Instagram y Twitter.

 

El arma, una responsabilidad

 

El subjefe de Policía, Cristian Ormaechea, explicó a El Día que los hombres y mujeres pertenecientes a la fuerza tienen una responsabilidad administrativa sobre el arma y comparó: “es como un padre con un auto. Si el hijo se lo saca y hace cualquier cosa, no es su responsabilidad”. En esta línea, “un policía no puede dormir con el arma en la cintura y tampoco nos obligan a guardarla en una caja fuerte”

 

¿Quién es Nahir Galarza?

 

Tras la confesión del crimen, Nahir Galarza quedó detenida e imputada en la causa por el asesinato de Fernando Pastorizzo. El fiscal Rondoni Caffa deberá probar el vínculo que mantenían o el caso podría ser caratulado como homicidio simple.

 

La vaina servida encontrada en la escena del crimen coincide con el arma del padre de la joven. Cuando la imputada se encuentre en condiciones será trasladada a la Comisaría del Menor y la Mujer. Antes, deberá pasar por Tribunales para que se le informe de manera formal su prisión preventiva.

 

“Ella está en carácter de detenida, para la prisión preventiva hay que esperar a que esté bien, en condiciones. Eso lo debe cumplir en Comisaría para que no se mezclen procesados con detenidos”, aclaró el Jefe de Fiscales, Lisandro Beherán, ante la consulta de un posible traslado a una Unidad Penal.

 

 

Nahir es hija de Marcelo Galarza, perteneciente a la fuerza de seguridad. Terminó sus estudios secundarios en la Escuela Normal, para luego comenzar sus estudios de Abogacía en la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU) Regional Gualeguaychú.

 

Fer, un pibe de 10

 

Compañeros y profesores de Fernando Gabriel Pastorizzo no pueden creer que ayer alguien lo haya matado. Entre la incredulidad y la bronca, lo recordaron de la mejor manera.

 

Según las crónicas, el que murió ayer fue Fernando Gabriel Pastorizzo, pero para los que lo conocieron simplemente era “Fer”, el hincha fanático de Boca, el que le gustaba chicanear a los hinchas de River, el que disfrutaba siempre.

 

Hasta no hace mucho, era un alumno más en la ESJA Nº 10 “Puerto Esperanza”, en calle Ayacucho y Goldaracena, en el mismo edificio donde también funciona la escuela Héroes de Malvinas. Sus compañeros, sus profesores y todos los que lo conocieron allí literalmente quedaron consternados con la noticia. Están incrédulos, piden que no sea cierto. Pero cuando la realidad irremediablemente confirma la peor noticia, la bronca y el dolor se hace general entre todos.

 

Lo describen como un “flor de pibe”, con toda la fuerza y connotación que agrupan esas tres palabras puestas en ese orden. Porque “Fer no era alguien que anduviera en cosas raras”, sino por el contrario: era inquieto, curioso, transparente y honesto.

 

Fernando formó parte de un curso al cual los profesores y autoridades escolares coinciden en describir como un buen grupo y si bien reconocieron que algunos eran complicados, ninguno de esa camada es mala persona.

 

Cuentan que una vez, en la previa de un examen, avisó con anticipación que no había podido estudiar. “No hay problema”, le contesto el profesor. “Todo es solucionable”, agregó inmediatamente. Ese día le explicó aparte los pasos básicos de los ejercicios y rindió bien. “Con sólo tirarle dos o tres indicaciones era capaz de resolver cualquier problema.  Era un caballero, nunca una falta de respeto, jamás una palabra demás o fuera de lugar”, lo describió ese profesor que lo conoció.

 

El grupo de chat que formaron los alumnos de ese curso ayer amaneció siendo un mar de lágrimas. Ninguno podía creer que algo así hubiera pasado, mucho menos a “Fer, el flor de pibe”.

 

Esa camada, la que llora junta, egresó del ESJA Nº 10 este año, hace muy poquitas semanas. Y Fernando ya tenía planes para el futuro: a muchos les había contado que quería estudiar ingeniería, y muchos lo alentaron para que siguiera ese camino.

 

Pero ayer, todo cambió.  Fernando ya no gritará los goles de Boca, ya no cargará a los de River, ya no estudiará ingeniería y tampoco será inquieto, curioso, transparente y honesto, simplemente porque alguien decidió marchitar con dos balazos a ese “flor de pibe”.