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APB: invictos sin variantes

Se completó anoche la 4ª fecha del Apertura de Primera División APB “Víctor Gastaldo” y no hubo sorpresas. Los cuatro invictos mantuvieron dicha condición. Olimpia y Ciclista consolidados en la punta. Sionista y Recreativo acechan con dos juegos menos.

El último campeón no tuvo dificultades para doblegar a Unión de Crespo (77-53). Bastó la producción de primer y tercer cuartos para reafirmar la hegemonía de Ciclista en el estadio de calle Santiago del Estero.

El subcampeón del Clausura 2010 tampoco tuvo mayores apremios en su cruce con Patronato al que venció en el “Humberto Pietranera” por 95 a 62 en un juego donde no faltaron algunas fricciones innecesarias y que se resolvió con lo producido por los “Azulgranas” en el tercer capítulo.

En el gimnasio de “La Esquina”, Talleres no pudo con Sionista (53-83) que ya en el primer chico sacó 18 de luz y consolidó la supremacía en el 3°.

Asimismo, en Alsina 653, Recreativo cosechó la segunda victoria (71-55) del certamen, en ésta ocasión sobre Quique. El “Decano” aguantó en los 10 iniciales y poco a poco fue resignándose ante el poderío de los “Rojiverdes”.

Vale recordar que el martes Echagüe se impuso como visitante sobre Estudiantes por 71 a 67 y quedó Libre en la ocasión, Rowing.

En el “Juan M. Baglietto”

Bastó que el actual monarca impere fuera de los 6m75 para ocasionarle severo daño a los crespenses. Con Luciano Armando -2 misiles- a la cabeza (totalizó 8 puntos en éste primer período), el “Verde” capitalino marcó 6 triples (Padilla-Bogado-Lizarraga-Petrilli).

El 24-9 de éstos 10’ nos exime de profundizar el análisis de la etapa, donde el único jugador visitante que zafó al aplazo fue Santiago Carboni.

En el 2°, reguló el CCP y Bonell fortaleció la defensa como el espíritu de sus hombres con una arenga convincente. Así, incrementando la actitud, confundió al “Papo” Gracia y negó espacios del “Nito” Armando, pasando el local a depender del debutante Carlitos Petrilli y de lo que tributen desde el banco “Cai” Armando y Félix Madikian, como de la conducción del “Colito” Izaguirre.

Por los forasteros, cotizó más alto Sebastián Barreto, Carboni continuó con su buen papel y se agregaron “Panchito” Retamar, F. Saluzzio y R. Gottig en la sensible mejoría “Avícola”.

Ya en el 3° Ciclista marcó territorialidad. Passadore les lavó la cabeza a sus dirigidos y salieron a comerse crudos a sus rivales. El 18-17 del 2° mutó en un rotundo 21-8 y ahí se acabó todo.

Juan Sordi dominó abajo, Fermín Bogado recuperó poder de gol, Luciano Armando y Juan Pablo Gracia reaparecieron en su influencia y Aitor Padilla continuó aportando su grano de arena.

Unión no logró liberar del yugo defensivo a Barreto, Carboni perdió claridad y salvo Retamar, el resto se cayó a pedazos.

El último cuarto, con 10 por jugar y un tablero que decía 63-34 remarcaba que salvo un milagro el partido ya tenía dueño. Unión se animó un poco teniendo por abanderado a Barreto, pero no alcanzó.

Madikián y Vazzoler (hasta que se fue por 5) impidieron que los forasteros se animen demasiado y así se fue (77-53) un partido poco vistoso que tuvo una correcta gestión de los jueces Julio Soto y Luis Elías.

En La Rioja 153

Como en Rowing, Patronato insinuó algo que con el correr de los minutos fue mutando hasta transformarse en un derroche de energías, olvidando paulatinamente lo técnico y/o las aptitudes para terminar metiendo una garra digna de elogiar pero acompañada por cierta tendencia a defender el canasto con una cuota extrema de temperamento que causó “devoluciones” ante un arbitraje que no pudo encauzar por momentos tanta agresividad innecesaria a la recíproca, al mejor estilo “ojo por ojo…”.

Quizás esa fogosidad fue la que paradójicamente despertó a un Olimpia que recién en el tercer chico comprendió cuál era el negocio.

Tras dos chicos parejos, vibrantes, de neta tensión, la diferencia real entre uno y otro plantel se dio luego del recreo largo y la charla de vestuarios.

De la mano de Juli Jarupkin y Matías Cittadino, Patronato sorprendió en el arranque., surgiendo además tributos de Pablo Welschen y Gerardo Mizawak.

Olimpia esgrimía correctos aportes de Mauro Zarate, Alan Guanco y Luis Barreto.

El 25-24 era, desde ya, un mérito notable de la visita.

Los dos minutos del recreo corto no alcanzaron para que el coach “Azulgrana” revierta la tendencia. Cambió, algo, la defensa pero decayó el rendimiento de ataque. Solo crecieron un poquito Gonzalo Benedetich y Lisandro Caraballo, pero a la mayoría se le mojó la pólvora y peor aún…cayeron en la vorágine propuesta por el “Santo”.

El 20-18 del segundo chico globalizó un 45-42 que dejaba eufórico a Patrón y preocupado al CAO.

La charla del entretiempo evidentemente varió el destino. Franco Ghiggi trajo soluciones a granel, y se le asociaron Guanco y Zarate, más el oficio de Juan Dreiszigacker. Los cuatro fueron claves para que Olimpia ponga las cosas en su lugar ante un desesperado Patronato que minuto a minuto se fue descomponiendo en los dos campos.

El 32-13 fue una liquidación rotunda. No bastó Nicolás Caminos, ni el fervor extremo de Matías Cittadino que terminó purgando tanto ímpetu de ida y vuelta.

Faltaban 10 minutos de un juego ya definido (77-55) y hubo que tolerar demasiadas fricciones, algo que debería ser penado con mayor celo por los árbitros de aquí en más, no para que salgan todos por fouls pero sí empezar a medir con otra vara lo antideportivo o hasta descalificador.

Con un par de sanciones drásticas, se apaciguan los ánimos y quien no quiera jugar limpio que se dedique a otra cosa y punto.

En éste último capítulo Guanco completó una gran producción, teniendo ahora por compinche a Martín Chervo.

Ariel Vidoz, lo más rescatable de un equipo que en el segundo tiempo se cayó por completo y sufrió una paliza de aquellas (95-62).

No fue un mal arbitraje. Solo decimos que faltó un poco más de mano dura en el momento apropiado. Se pudo calmar a los más exaltados, y no terminó peor porque los técnicos hicieron todo lo que estuvo a su alcance para calmar ese rumbo violento propuesto por algunos incomprensiblemente.

En “La Esquina”

No estaba dentro de las predicciones que Sionista alcance tan cómoda victoria en la cancha de “La Esquina” (Irigoyen y Feliciano). En sí, se esperaba mayor oposición de los “Rojos”, pero entre el defecto propio y la riqueza ajena hubo un ganador incuestionable que desde el primer chico le pegó un severo castigo a su adversario.

Segundo triunfo del Centro Juventud, calidad invicta y punta inminente cuando queden libres Ciclista y Olimpia o en sí todo puede empezar a remarcarse cuando se midan la semana venidera los hoy líderes y también “Celestes” y “Rojiverdes”.

El 83-53 nos exime de análisis meticuloso. Los de Cristian Gómez tuvieron un papel extraordinario de Maxi Monjes (32 puntos), pero eso no bastó y no hubo rehabilitación tras el revés frente al AEC, soportando a su vez la segunda caída al hilo en su feudo.

Bastó la tarea impecable de Lucas Goldenberg (10 puntos), junto al retornado Martín Dobry (6), y tributos conjuntos de Jeremías Sandrini, Germán González y Pablo Pérez, para destrozar toda ilusión de los dueños de casa que ya en éstos 10 iniciales solo tuvieron la lucidez de Monjes.

El 11-29 con que abrió el segundo cuarto ya marcaba la tendencia. Sin embargo, Talleres reaccionó inspirado por Monjes (totalizó 18 en la primera etapa).

De haber anotado casi tres decenas de puntos, en el segundo chico Sionista convirtió 13 y le marcaron 18. Un bajón defensivo evidente de los visitantes y mérito ajeno en las dos zonas.

El “Rojo” esgrimió un temperamento notable, y a medio foul (o 3 cuarto…) anuló a Goldenberg (0), González (0), Dobry (0) y Sandrini (2). Notorio decaimiento forastero y sensible crecimiento del anfitrión que daba algo de expectativas para el tercer capítulo (29-42).

Pero la revolución no se dio, primero porque otra vez Talleres perdió la concentración y segundo porque realmente los de Seigorman ya no fallaron tanto y atacaron por los caminos más coherentes.

Así, volvieron a ser influyentes Pérez, Sandrini y González anotando entre los tres 20 de los 26 puntos; en tanto que Monjes siguió con su labor monumental pero pareciendo una apuesta del DT rival: darle todos los espacios al “13” y bloquear al resto.

De los 15, marcó 12 la figura del elenco orientado por el “Pata” Gómez.

El acceso al último capítulo ya dejó remarcado quien dominaba y quien era dominado. Difícil cambiar el pronóstico con un 44-68 prácticamente irreversible.

Y así fue….Monjes marcó la menor cantidad de puntos del juego y no apareció nadie más para compensar; mientras que el goleo visitante fue repartido concluyendo Pérez como el más eficaz en la victoria de Sionista por 53-83.

Más allá de las quejas ya habituales, y en sí de algunos fallos controvertidos por el criterio empleado en una y otra zona, el arbitraje de Mariano Atance y Franco Giorello fue correcto.

Recreativo le hizo precio a Quique

No pudimos pegarnos una vuelta por el “Gayá” pero nos enteramos que Quique le planteó a Recreativo tenaz resistencia en tres cuartos, sufriendo el revés de manera especial por lo ocurrido en el 2° chico, cuando los de Ernesto Michel tuvieron una reacción en cadena, cerrando todos los caminos al “Decano” y atacando con mayor precisión dentro de un trámite muy deslucido.

En Alsina 653 se vio un match plagado de imprecisiones, con un equipo vigorozo y otro talentoso que por pasajes cayó en el mismo vértigo, en idéntica vorágine que sus rivales, jugado al límite del foul y protestado hasta el hartazgo por los protagonistas lo cual redundó en que la dupla de jueces (Toledo-Cabrol) extremen la persuasión para que los protagonistas intenten jugar más al básquet y hablar menos.

Veiga fue el hombre más claro del “Albirrojo”; Princic y Bahler los baluartes del vencedor.

Cabe acotar que requerimos a los amigos de la entidad de Alsina 653 la planilla del juego pero pese a la promesa de contarla hoy por la mañana lamentablemente nos fallaron y así no pudimos sumar mayor información en pos de brindar un informe más pormenorizado.

Esperemos que para la próxima, prime la palabra, el compromiso y así Cuestión Entrerriana siga aportando una crónica distintiva.