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Allanamientos, prohibición de salir de la Argentina e inhibición de bienes para Marcelo D’Alessio

La Justicia puso en el ojo de la tormenta a Marcelo D’Alessio, el abogado que apareció involucrado en un pedido de extorsión a un empresario al que le aseguró que estaba siendo nombrado en la causa de los cuadernos y que podía ayudar a despegarlo a cambio de 300 mil dólares. El juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, ya le prohibió la salida del país y ordenó inmovilizar sus bienes y cuentas en el país y el exterior, mientras que este miércoles dispuso una veintena de allanamientos en todo el país: a su casa, a sociedades y a empresas vinculadas a su figura. Incluso los enviados judiciales buscaron dinero enterrado en el predio de su vivienda, ubicada en el country Saint Thomas Este, de Canning, pero no encontraron nada, revelaron fuentes del caso.

 

Además, se ordenó requisar e incautar casi diez autos, algunos de altísima gama, que serían de su propiedad. Pero se sospecha que D’Alessio se enteró de que la causa estaba avanzando en su contra. Así se habría desprendido de varios de los vehículos y hasta cerró las cajas de seguridad que tenía a su nombre.

 

Por lo pronto, en uno de los allanamientos en oficinas del edificio “Madero Plaza”, ubicado en la avenida Juana Manso al 1500, de Puerto Madero, encontraron dinero y también dispositivos electrónicos y fílmicos: tenía un teléfono satelital.

Asimismo, se secuestró importante documentación. Algunos de esos papeles comprobarían que en el último tiempo se desprendió de propiedades vinculadas a él. Ante esa sospecha, el juez avanzó también sobre propiedades de familiares directos del imputado y secuestró un barco, que está a nombre del padre de D’Alessio, un conocido consultor.

 

Este megaprocedimiento fue ordenado el martes por el juez Villena, quien tiene en sus manos una investigación contra D’Alessio que hasta ahora no se conocía: una denuncia por lavado de dinero que se radicó en noviembre de 2016 contra el abogado que se inició con un anónimo en donde se hablaba del lujoso nivel de vida que este personaje que, según indicaron fuentes judiciales a Infobae, se jactaba de sus contactos con jueces, fiscales, agentes de inteligencia y hasta la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.

 

De acuerdo con las fuentes consultadas por Infobae, el anónimo decía: “Señor juez. Quiero denunciar a Marcelo D’Alessio que es un abogado penalista de Canning. Millonario. Hizo su fortuna labando (sic) dinero del narcotráfico y la política. Tiene un spa que se llama Idor, una casa en Miami con helipuerto, un boliche en zona sur que se llama Savia y tiene una empresa que se llama Cris Design, anda en un Porsche, fue funcionario de ENARSA con Ricardo Cabrera. Tiene vínculos fuertes con la provincia de Formosa. Tiene un equipo de carreras de autos en la categoría TC Mouras. Yo lo conozco hace años pero le tengo mucho miedo porque dice tener vínculos con jueces federales, la SIDE, la Ojota y la Secretaría de Seguridad. El dice que trabaja en la Secretaría de Seguridad con la ministra Bullrich. Extorsiona gente. Es muy peligroso, vive en el country Saint Thomas. El teléfono es xxx. Fue abogado del barra a Marcelo Mayo (sic)”.

 

Apenas recibió esa información se comunicó informalmente con Patricia Bullrich para saber si D’Alessio hacía tareas de inteligencia para la fuerza. Según comentaron las fuentes a Infobae, la funcionaria le dijo que no trabajaba para la cartera y que se lo habían presentado una vez pero que “le parecía un chanta”. También hubo averiguaciones en organismos de inteligencia locales y del exterior y tampoco lo reportaban como agente.

 

El juez comenzó a investigar a D’Alessio. En 2016 tenía declarado en blanco un nivel de consumo de dos millones y medio de pesos. Los primeros informes patrimoniales indicaron que un alto estándar de vida. En los listados aparecían autos desde BMW y Toyota Hylux hasta un Jaguar SS Drop Head de 1936 o un Chevy SS coupé 1974, que estaban registrados a través en una firma radicada en Resistencia, Chaco, cuya sede también fue allanada. Pero también una cadena de sociedades y empresas que también comenzaron a ser investigadas.

 

Sin embargo, la pesquisa, que se hacía bajo reserva, llegó a los oídos de D’Alessio, que se presentó en el juzgado de Lomas de Zamora para ponerse a disposición. Detalle uno: justo un día antes un policía preguntó qué pasaba si el imputado se enteraba de que había una causa en su contra. Después de eso, el juez ordenó abrir una causa por violación de secreto para saber cómo se filtró esa información. Detalle dos: cuando D’Alessio pasó por el juzgado a interiorizarse del expediente, a uno de los empleados le llamó la atención el reloj con sistema tourbillon que, si fuera original, se cotizaría en 120 mil dólares.

 

Hasta ahora, el caso estaba en pleno trámite pero se aceleró en las últimas horas y se dispararon los allanamientos. ¿Por qué? Porque “las investigaciones de lavado de dinero, necesitan la sospecha de un delito precedente”, los indicios permitieron conectar su alto nivel de vida con las denuncias de extorsión que se conocieron el viernes y salpicaban a la causa de los cuadernos de la corrupción, explicaron las fuentes.

 

Ahora se sospecha que los presuntos bienes de D’Alessio podrían estar relacionados con la denuncia que radicó en su contra el empresario Pedro Etchebest, quien aseguró que el abogado le pidió una coima de 300 mil dólares diciéndole que lo mencionaba un ex funcionario arrepentido, Juan Manuel Campillo, en una declaración ante el fiscal Carlos Stornelli y que él podía ayudarlo. Pero el caso de Etchebest no sería el único caso de un extorsionado.

 

Apenas se supo esta situación el viernes pasado, Villena ordenó la prohibición de salida del país de D’Alessio, informó a la UIF que busquen e inmovilicen cuentas o bienes en el exterior y se dispuso afectar sus propiedades a la investigación en curso. El miércoles, además, avanzaron con los allanamientos.

 

No solo se investiga a D’Alessio, sino también a su esposa, María Valentina Oettel y las sociedades Led International SRL, Cris Designes SRL, Plaza Madero Inversora Inmobiliaria SA, Ñembo SRL, Valdemar SRL e IDOR SRL. Se secuestró la documentación de esas firmas, así como también relojes, alhajas, escrituras, dispositivos electrónicos, dinero en efectivo y todo elemento que podría ser futuro de una actividad ilícita.

 

El magistrado ordenó secuestrar también los autos que aparecían vinculados a él: una camioneta Hilux de 2017, un BMW X6 3.OSI de 1999 y otro BMW modelo 535 I del 2012, junto a un RAM 2500 de 2014, un Peugeot 308 Allure 2013 y un Mondial del 2000. En el listado aparecen también una moto Yamaha Grizzly 700 del 2011 y un colectivo Scania K113 de 1999. Y dos autos más antiguos: un Chevy SS Coupe de 1974 y un Drop head de 1936. Sin embargo, solo dos de esos vehículos habían sido detectados en los allanamientos. El resto había desaparecido, indicaron las fuentes consultadas.

 

La causa de Etchebest se radicó en el juzgado federal de Dolores, a cargo de Alejo Ramos Padilla. También se allanó la casa de D’Alessio en el country por segunda vez y se secuestraron distintas armas. El primero de los procedimientos se había sido hecho la semana pasada, antes de que se hiciera pública esta denuncia de este empresario que salpicaba al fiscal Carlos Stornelli. Ese allanamiento también fue autorizado por Villena via exhorto, aunque lo disponía Ramos Padilla. Contaron testigos del procedimiento a Infobae que, enojado, al ver llegar a los agentes, D’Alessio empezó a gritar que a él no podían allanarlo porque era agente de inteligencia y uno de los oficiales le dijo que lo hablara con el juez a cargo que estaba presente. D’Alessio se dirigió hacia el magistrado que estaba presente diciendo “Doctor Villena, cómo no se acuerda de mí”, cuando en realidad a quien se estaba dirigiendo era a Ramos Padilla, que presenciaba el procedimiento.

 

Una tercera causa contra D’Alessio fue radicada por Stornelli el martes en Comodoro Py 2002. Lo denunció por el delito de fraude por pedir dinero con el pretexto de una supuesta remuneración a los jueces u otros empleados públicos. A este tipo de mecanismos, en tribunales, se le dice el verbo “girar”. El caso cayó en manos del juez Julián Ercolini y la fiscal Alejandra Mangano. En los próximos días podría impulsarse esta investigación.

 

Hay una cuarta causa contra D’Alessio en los tribunales de Retiro. La denuncia fue hecha en 2016 por Gabriel Traficante, un agente de Aduana al que investigaba el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky por un tema de contrabando. Según Traficante, D’Alessio se le acercó, le aseguró que podía ayudarlo, le habló de sus contactos con jueces, fiscales y periodistas. “Te van a escrachar, yo te lo puedo arreglar”, le dijo. Le pidió 90 mil dólares y hasta le mostró un listado de llamadas entrantes y salientes de su teléfono. Traficante lo denunció por extorsión en el fuero de instrucción y le tocó al juez Pablo Ormaechea. Pero ese magistrado entendió que el tema debía pasar a Comodoro Py por la presunta interceptación de comunicaciones telefónicas. Finalmente, el caso quedó radicado en el edificio de tribunales: está en manos del juez Luis Rodríguez, con la intervención del fiscal Eduardo Taiano.