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Alivio en bodegas al desactivarse incremento del impuesto interno a vinos y espumantes

Alivio. Esa es la sensación que dejó en las bodegas la decisión del Gobierno de desactivar el incremento del impuesto interno a los vinos y espumantes que se proponía en el marco de la reforma tributaria. La medida, según el sector, hubiese tenido una irremediable consecuencia en los precios del producto en góndola, profundizando seguramente la caída del consumo y perjudicando a los productores.

 

“El impacto hubiese sido muy negativo”, dice categórico Santiago Ribisich, gerente general de Trivento, desde Mendoza, donde se encuentra la bodega propiedad del holding Concha y Toro.

 

El ejecutivo, analiza: “El consumo viene muy golpeado en los últimos dos años, con lo cual era agregar otro factor preocupante. La suba de impuestos iba a trasladarse a un aumento en góndola, y cuando uno aumenta precios, bajan los volúmenes, baja la venta, bajan los márgenes, la compra de uva”. Por caso, el precio de algunos productos se encareció hasta 100% para el consumidor, debido a que la materia prima aumentó hasta 400%. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) en octubre los despachos de vino para el consumo interno cayeron un 6,2%, a 780.016 hectolitros.

 

Para Ribisich, “ha sido muy buena la intervención de los gobiernos provinciales para hacerle ver al gobierno nacional la importancia de la industria vitivinícola en las economías regionales y todo el trabajo que hay detrás”.

 

Argentina cuenta con más de 17.600 productores pequeños primarios repartidos entre los más de 25.000 viñedos. En 2017 están activos más de 860 establecimientos vitivinícolas, ya sean elaboradores y/o fraccionadores. La industria vitivinícola genera más de 106.000 puestos de trabajo de manera directa y más de 280.000 indirectos, según un informe realizado por la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR).

 

El gerente general de Trivento celebra que en el Gobierno hayan escuchado el reclamo del sector y que se haya mantenido en igualdad la situación del vino con la de los espumantes. Es que ese producto tiene una exención especial para que la tasa sea 0%, que se prorroga año a año, un beneficio que estuvo a punto de perderse. En el sector esperan que se publique el decreto antes del 31 de diciembre para continuar con ese régimen y reconocieron que se trabaja para que eso quede ya establecido definitivamente para el futuro.

 

“Hay una mala visión de lo que es el espumante. Es una gran fuente de diversificación de uvas blancas genéricas que no tenían un destino, con lo cual los productores que tenían esas uvas tenían comprometida su rentabilidad y el espumante ha sido una gran herramienta de diversificación de poder encontrar un canal de venta para esas uvas”, explica Ribisich. Y añade: “Se lo relaciona con un producto de lujo y es todo lo contrario. Lo que más se vende es el espumante de la base de la pirámide”. “Esperemos que se subsane para no estar todos a fin de año viendo si salió el decreto”, concluye en coloquio con colegas de Ambito.com

 

Por otro lado, Ribisich destaca la necesidad de que la Argentina pueda fortalecer su mercado de exportación, y señala que se requieren ciertos factores para que esto ocurra. “El tipo de cambio es algo recurrido y no es lo que estamos pidiendo porque sabemos que es algo a corto plazo, que no nos va a dar competitividad en el largo. Lo que sí estamos pidiendo es una menor carga fiscal, mejores condiciones a nivel logístico”, señala. En ese punto considera que “un buen paso” sería desarrollar el tren de carga Mendoza-Buenos Aires porque la provincia “está muy lejos de los puertos”. “Sería muy bueno para una economía regional poder sacar su producción con mejor productividad y menores costos”, explica.

 

Además, considera que la reforma laboral “también es un tema que podría simplificar y ayudar a reducir el costo argentino, que en definitiva es la suma de todas estas inequidades y trabas que tenemos como país”. Por caso, Ribisich explica que “la diferencia para exportar que tenemos con otros países es de u$s 1 por caja (NdR: se mide en 12 botellas, por un total de 9 litros) sólo en términos logísticos”. En Chile el precio promedio de exportación está en el orden de los 27 a 28 dólares por caja, mientras que en Argentina está en 35 o 36 dólares. “Argentina desde 2009 empezó a bajar el volumen exportado y quedaron los de mayor calidad, por eso quedó un precio más alto”, aclara.

 

“Como país deberíamos desarrollar los tratados de libre comercio. Es un avance la negociación entre Mercosur y la Unión Europea. Nosotros a muchos mercados de exportación llegamos con tasas del 10% y Chile con 0%. Ahí ya hay un factor que nos perjudica”, agrega Ribisich.

 

Según el ejecutivo, para Trivento ha sido un buen año y la apuesta es mejorar aún más en 2018. A nivel interno, sus ventas fueron de 650.000 cajas y esperan incrementar un 10% ese número al año próximo.

 

Sin embargo, su fuerte está en la exportación. Es la marca argentina más vendida en Inglaterra, con unas 400.000 cajas, que prevén que se elevarán a 520.000 en 2018. Mientras que en EEUU comenzarán a patrocinar la MLS, la liga local de fútbol, y la estrategia apunta a fortalecer ese mercado para alcanzar las 150.000 cajas.