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Aerolíneas sale a buscar nuevo CEO

Aerolíneas Argentinas está en medio de un proceso de revisión de objetivos, a la luz de las complicaciones de la economía local e internacional. Y también ante decisiones políticas de alto vuelo tomadas en la Casa Rosada. En este marco, una de las primeras medidas que tomó la conducción de la línea aérea de bandera es salir a buscar un nuevo CEO que se ocupe de tomar las decisiones de la operación diaria.

 

Esto implica asumir que Mario Dell’Acqua, su actual presidente y CEO, resignará esa función para dedicarse de lleno a la gestión de la empresa Integración Energética Argentina Sociedad Anónima (Ieasa), firma que sucedió a la desaparecida Enarsa creada durante el gobierno anterior.

 

El intento de compartir al ingeniero industrial y ex Techint al frente de las dos compañías estatales capotó a pocos días de nacer. Ahora se resolvió que lo mejor será que Dell’Acqua figure sólo como presidente del directorio de Aerolíneas, para aportar a la discusión de los grandes lineamientos de acción. Pero saldrán a buscar un reemplazante para el día a día. Esta tarea quedó por ahora en manos del gerente general, Abbot Reynal, pero sólo será un esquema transitorio, según pudo averiguar Ámbito Financiero en fuentes de la compañía aérea.

 

El tandem Dell’Acqua-Reynal funcionará como hasta ahora durante el tiempo que lleve encontrar al nuevo CEO, que sería entre uno o dos meses. La posibilidad de que Reynal asuma ese cargo está descartada, al menos por ahora, entre otras razones porque el experto en finanzas tiene otros planes en mente.

 

Al mismo tiempo, Aerolíneas está revisando su objetivo de avanzar hacia el equilibrio de sus cuentas a partir de 2019. El impacto de la suba del precio internacional del petróleo está pegando muy fuerte sobre un insumo clave: el combustible.

 

A esto se suma la caída en la venta de pasajes, tanto domésticos como internacionales, por el efecto combinado de la baja en el consumo y la abrupta suba del dólar. La devaluación pegará en los ingresos al menos por los próximos dos meses, estiman.

 

Los funcionarios de Aerolíneas asumen que el cambio de escenario drástico obliga a reenfocar el discurso y a explicar la nueva realidad.

 

En este marco, la eliminación de la tarifa mínima también amenaza la operación y el nivel de ventas futuras, aunque la medida fue una decisión del propio Gobierno en el marco de su política de desregulación. Claro que también pesa la necesidad de fomentar los viajes internos para atenuar la salida de divisas que implican los viajes y gastos de argentinos en el exterior.

 

El impacto de los paros en los ingresos de la compañía es un capítulo aparte. Cada día de inactividad le cuesta casi u$s8 millones aseguran en Aerolíneas.