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Acusan al Sanatorio de la Trinidad de asignar personal sin la capacitación necesaria

Tras la muerte de Débora Pérez Volpin, el martes durante una endoscopía, el Sanatorio de la Trinidad fue allanado por segunda vez este viernes. Está en la mira de la Justicia por la denuncia de la pareja de la periodista y legisladora, el periodista deportivo Enrique Sacco, por un un posible “homicidio culposo”. Pero el centro de salud también recibió otras denuncias.

 

Enfrenta un juicio por “malas prácticas médicas” que habrían llevado a la muerte al mediático Ricardo Fort, tras una operación de rodilla. Esa causa, que lleva adelante Eduardo Fort, hermano del chocolatero fallecido en 2013, aún sigue abierta.

 

A la vez, la exmodelo Anamá Ferreira usó Twitter e Instagram para denunciar la experiencia que tuvo en esa clínica con su exmarido, Ricardo Laurino, papá de su hija, Taiana, en 1998.

“A mi ex marido lo operaron en la Trinidad hace unos años de hernia de disco. Cuando vuelve de la operación gritaba de dolor. Habían cortado equivocado. Tuvieron que operarlo de nuevo, y yo los amenacé que él tenía que salir caminado o hablaba a los medios”, contó Ferreira.

 

 

Y, en otro tuit, fue más allá: “Fue tremendo verlo gritar de dolor, y no dejé que (lo) volvieran a operar hasta que no pasó el tiempo prudente como 14 días de la primera anestesia, porque es muy peligroso una anestesia general una tras la otra. Me puse firme #ClinicalaTrinidad.”

 

En la causa Fort, en 2017, la Cámara del Crimen revocó el sobreseimiento de los médicos de La Trinidad que atendieron al mediático durante su última internación. Ricardo Fort estaba internado por una infección en su rodilla izquierda originada en agosto de 2012.

 

“Para los médicos forenses, falleció por sepsis generalizada (respuesta del organismo ante una infección grave) y hubo mala praxis, mientras que para la Facultad de Medicina fue muerte súbita y consecuentemente no hubo delito”, dijo a los medios Ignacio Irurzun, abogado de la madre del mediático.

 

Este miércoles, un amigo de Fort que estuvo con él en la clínica minutos antes de que lo ingresaran al quirófano, dijo en el programa de Maju Lozano, Todas las tardes (Canal 9) que lo vio “saltando” en su habitación y que, “sorpresivamente, después apareció muerto”.

 

El mismo día de la muerte de Débora Pérez Volpin, Eduardo Fort tuiteó: “¿Y ahora qué mentira van a decir? ¿Con qué mentira lo van a tapar?”.

 

Por otra parte, desde el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb) dijeron a Clarín que desde hace dos años están en juicio con La Trinidad tras denunciar que, durante el verano, en las guardias, la clínica “pone técnicos, en lugar de profesionales y a los médicos los consultan por teléfono”.

 

Marcelo Peretta, titular de Safyb, señaló: “La obligación es tener permanentemente cuatro profesionales de cada área, como mínimo. Entonces, por ejemplo, en La Trinidad en los laboratorios en lugar de poner bioquímicos ponen técnicos en laboratorio”.

 

Peretta dice que, al momento de la muerte de Pérez Volpin, “no sería raro que hubiera menos personal trabajando que el mínimo estipulado. Porque personal que trabaja en el sanatorio nos dijo que en vacaciones no reemplazan al personal que se va de viaje”.

 

Sin embargo, Peretta señaló que, por lo que sabe, en especialidades como gastroenterología los equipos que realizan estudios como endoscopías o videcolonoscopías son de los más estables de las clínicas. No hay rotación de anestesistas o endoscopistas. Lo que hay son suplencias por vacaciones entre los jefes de gastroenterología o se alterna entre los especialistas para cubrir la demanda de pacientes.

 

El titular de Safyb denunció además que “el sanatorio no compra todo el equipo que hace falta, no compra la tecnología que le piden los profesionales”.

 

Ese 6 de febrero, a la tarde noche, fue el primer allanamiento en la clínica. La orden la dio el juez Gabriel Ghirlanda, encargado de llevar la causa por muerte de la periodista de 50 años. Agentes de la Comisaría 23 se llevaron la historia clínica, el libro de enfermería y la hoja de guardia. Pero faltó algo por lo que todo el mundo se preguntaba. En los medios y en la calle. El equipo de endoscopía.

 

Ahí fue cuando llegó el segundo allanamiento, este viernes. Fueron a buscar el equipo de endoscopia, el disco rígido y el CD donde quedó registrado el estudio que le realizaron a la periodista. Aún sin indicios concretos de que se trató de mala praxis, la otra hipótesis que maneja la familia es que el equipamiento utilizado para realizar la endoscopía no estaba en condiciones: sostienen que Pérez Volpin llegó sin complejidad previa y falleció en pocos minutos.

 

Diego Ariel Bialolenkier fue el médico gastroenterólogo que le hizo la endoscopía a Débora Pérez Volpin. En el quirófano lo acompañaban la anestesista Nélida Inés Puente y un enfermero, cuya identidad no trascendió. Puente fue quien se encargó de comunicarle la noticia del fallecimiento a la familia de la periodista y legisladora. Ella se autoimputó ante la Justicia.

 

Bialolenkier, en cambio, cerró sus redes sociales. Tiene 36 años, es especialista en gastroenterología y oriundo del departamento General Paz, de Corrientes.

 

Clarín se puso en contacto con Galeno, empresa propietaria del Sanatorio de la Trinidad, desde donde afirmaron que no harán declaraciones sobre las denuncias anteriores y que sobre la muerte de Débora Pérez Volpin se atendrán al secreto de sumario.