Actividades de camiones con mezcla de concreto, deuda grande municipal
ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- La seguridad industrial es un área multidisciplinaria que se encarga de reducir al mínimo los riesgos en la industria, entre ellos la de construcción. En el caso específico de la recepción y descarga del concreto, es trascendente estudiar todos los escenarios de eventuales riesgos antes, durante y después de la descarga, incluyendo todas las actividades a desarrollar. En Paraná, solo se bloquea el tránsito en horas pico.
Los proveedores de concreto en Paraná parecieran tener coronita. En el primer mundo, el desarrollo de esta industria reviste un control rigurosísimo que se puede apreciar mediante cualquier página de internet especializada en la materia.
En la Argentina, y en especial en nuestra ciudad, impera la improvisación, obviamente, hasta que suceda una tragedia.
Pero procuramos no ser extremistas ni fatalistas. Vamos a circunscribirnos solo al detalle de lo que generan estas empresas y/o responsables de obras, insistimos, POCO O NADA FISCALIZADAS por una Comuna que evidentemente debe tener jugosísimos acuerdos con proveedores de este rubro habida cuenta que, si bien hay excepciones de notable prestigio y seriedad, una amplia mayoría HACE LO QUE QUIERE sin medir consecuencias como por ejemplo daños cuantiosos a vecinos, roturas de veredas, ocupación ilegal de sendas peatonales y aceras, riesgos potenciales por falta de seguridad y/o protección debidas o la contratación de personal no idóneo y de procederes hasta reñidos con la moral y las buenas costumbres con tal de abaratar costos.
La Gestión Osuna debe ser una de las gestiones de MENOR GRADO DE FISCALIZACIÓN y/o de habilitación sorprendente de obras que no reúnen a más mínimas garantías de ceñirse a normas, procedimientos, equipamiento y adoptar previsiones especiales.
Por ello, se ve en horas pico trabajar a destajo a empresas de camiones mezcladores, generando incontables perjuicios al tránsito, a veces con obras que interrumpen el tráfico normal a pocas cuadras, ocasionando un caos vehicular indescriptible.
Lo peor es la falta de OPERATIVIDAD del municipio en cuanto a la coordinación con el responsable de la obra estudiando y advirtiendo al proveedor de concreto sobre las potenciales restricciones de tráfico cercano.
Debe analizarse el generar el mínimo impacto en el tráfico, las personas y los equipos, de acuerdo con las normas vigentes y cuando sea necesario cerrar o bloquear vías, el constructor debe hacer el respectivo trámite ante las autoridades competentes con la debida anticipación y la Comuna DEBE COMUNICAR a la Ciudadanía del probable CONFLICTO que se ocasione.
NO es la primera vez que lo decimos. Ya son varias, y en una de las ciudades donde más se han erigido edificios en la última década, hace rato que el municipio tendría que haber aceitado todos y cada uno de los mecanismos en la materia. Sin embargo, seguimos hablando de lo mismo.
Otra deuda más de una Gestión contradictoria, pero sobre todo, necia, soberbia, porfiada.